Hablar para los traductores
Desde el miércoles, en el Congreso de Diputados sus señorías no hablan para que les entiendan sus compañeros de hemiciclo, como venía sucediendo hasta ahora sin ningún problema. Sus discursos son para unos señores con pinganillo que, con mejor o peor fortuna, traducirán su contenido a los demás parlamentarios.