Mejor vacunar que pedir pasaportes en la taberna
Las reflexiones sobre la pandemia han acabado convirtiéndose, para el Gobierno y su sorpresa, en un debate sobre derechos y libertades fundamentales. Empezó la gente, cuando se acabó la fiesta de los balcones, frecuentemente criticada desde La Moncloa, y se sumó, también criticado por el Gobierno, el Constitucional.