Me hago japonés o chino, asunto de población
A veces, pocas, el cronista se sume en la duda. En una ocasión, fruto de unas elecciones europeas algo dramáticas, vacilé entre hacerme Verdadero Finlandés o Pirata, dos partidos europeos con escaño entonces, aunque no se lo crean. Otra vez, cuando una ministra de Zapatero, mientras esperaba el alineamiento planetario, anunció las virtudes de la…