Cuando despertó, Cerdán todavía estaba allí

Pedro es un hombre honrado. Había desayunado. Él estaba bien, quizá algo desmemoriado. A él “no le consta”. Probablemente uno de los días más terribles del parlamentarismo español. Los “bots” de un lado y de otro lanzaron las consignas que anoche habían preparado, de acuerdo con los aparatos de agitación y propaganda respectivos. La ciudadanía consumió el oportuno ruido.

Dicen unos (la banda de Ruiz y los socialistas) que él sigue siendo victorioso. Dicen los otros (la otra banda mediática y los del PP) que Sánchez ha comprado con el “no me consta” no ser pillado en una mentira institucional, como si fuera la primera.

Ha tenido mucho interés en mostrar que retirar un millón y convertirlos en sobres es legal. Inténtenlo ustedes, si es que lo tienen, y verán cuánto tarda la brigada antiblanqueo en hacerles una visita.

De lo demás ni se acuerda, aunque a lo mejor ocurrió y, por favor, no olviden a la Gürtel y Ayuso. Que una comparecencia no estropee el relato. Supo lo de Delçy y supo lo de Ábalos, durante semanas se habló de Cerdán, sabía lo de los sobres, porque cobró, cree recordar, alguno. Pero no le consta.

En fin, ustedes ya saben que Sánchez no ha contestado a nada. Y probablemente nadie lo esperaba. Si encima VOX echa una mano, no por nada, sino porque para preparar una comparecencia hay que trabajar.

La cuestión es si le compramos esa técnica del espejo, del ventilador. O pensamos que estamos en otra pantalla. Pero eso lo tienen que decidir ustedes. Yo sí estoy hace meses en otra pantalla: la izquierda quedará manchada por tiempo con este modelo de populismo sanchista. Permítanme que me preocupe de otras cosas.

Por ejemplo, del parlamentarismo. ¿Cuándo nos convenceremos de que en asuntos judicializados las comisiones de investigación no sirven para nada? ¿Por qué quien desprecia la libertad de expresión y no responde a periodistas, va a responder a un senador? Por Dios, qué ingenuidad.

En la discusión sobre quien ha ganado la comparecencia lo dejo a su opinión. Me parece bastante inútil discutir sobre decibelios. Las preguntas que debieran hacerse han sido hechas, para nada. Yo sé quién ha perdido: el Senado. Llamar circo, imputarle “comisiones difamatorias” y cosas de ésas desde el ejecutivo a una cámara legislativa es peligroso. Pero ya saben, lo de izquierda ahora es gobernar “sin el concurso del legislativo”. Eso, sépalo la izquierda es hacer antipolítica y la antipolítica es Vox.

Podemos hablar de cuál es el interés político de la Presidencia de nuestro Gobierno. Le da lo mismo todo, excepto formar parte de las canciones y leyendas que en el futuro se cantarán en las hogueras. No; no es que le importe que le hablen de Sabiniano, el momento de la “lengua débil” de la comparecencia: lo que importa son los chismes que en las saunas se cocían contra conmilitones o que el feminismo socialista se lleve un nuevo palo.

Podemos hablar de cómo será el fin de ciclo. Obviamente, habrán podido percibir el tono preelectoral del presidente. Pero también habrán notado el anuncio del paso a la oposición ejercido por Junts. Con Junts se firmó un acuerdo de investidura; su ruptura es el funeral de la investidura y, por lo tanto, la fuente de legitimidad: alrededor de cuatro mil personas han decidido el porvenir político de toda España: todo muy democrático, como ven.

Podemos hablar de democracia. ¿Sin mayoría parlamentaria declarada o explícita se debe gobernar? Dudo que ningún manual político, con la excepción de los que manejan los asesores de Trump o el populismo más radical, sostenga que alguien pueda creer que se puede gobernar.

El problema es que no hay herramientas mínimamente eficaces para producir el desbloqueo. Pedir elecciones no es pedir paso al PP. Aunque, en una situación tan similar al final del “felipismo”, la alternancia nos diera un respiro y permitiera recomponer la izquierda, si es que tiene recomposición posible.

La razón real para pedir elecciones es que solo la ciudadanía puede sustituir a las inoperantes e ineficaces mociones que la Constitución prevé. Claro que la Constitución no podía adivinar el ataque del populismo a la socialdemocracia.

Podemos hablar del socialismo realmente existente. Se ha desvanecido en toda Europa, sustituido en ocasiones por la izquierda más radical y, en otras, por formaciones de derechas. Solo en Finlandia la dudosa resistencia británica hace aparecer a un partido socialista (si es que el laborismo actual lo es) en gobiernos de relevancia.

La necesaria reforma de una izquierda que vuelva a políticas que permitan crecer y luego repartir, en lugar de decir que reparte, mientras el crecimiento no se disemina a los hogares. El retorno a la igualdad, hoy sustituida por decenas de identitarismos. El retorno a las líneas de pacto y al ejercicio de la división de poderes parecen una buena agenda.

Podemos hablar de referentes: Ábalos es sólido, Cerdán decente, Zapatero limpio (Pepiño y los chinos sonríen, el Pollo Carvajal apunta). Son sus amigos, con ellos pasaba el tiempo, dice el defraudado Sánchez.

El ruido de la corrupción acompaña el fin de ciclo. España no sale de una para meterse en otra. Hay socialistas, observo, encantados de haber salvado un mes más. Mañana tendremos, quizá, más de lo mismo. Cuando despertó, Cerdán todavía estaba allí: en prisión. Monterroso lo hubiera escrito. La corrupción es el dinosaurio de Sánchez.

https://peregrinomundo1.webnode.es/l/cuando-desperto-cerdan-todavia-estaba-alli/

 

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