El 6 de agosto de 1945, hace hoy 70 años, Hiroshima fue escenario del primer bombardeo atómico de la historia llevado a cabo por el bombardero estadounidense Enola Gay. Fue un auténtico genocidio: 80.000 personas fueron aniquiladas inmediatamente; otras 70.000 fallecerían días después; decenas de miles sufrieron enfermedades para el resto de su corta vida. Quien ordenó la exterminación de esta población civil japonesa -y luego de la de Nagasaki- fue Harry Truman, el entonces presidente por accidente debido al fallecimiento de quien fuera elegido en las urnas, Franklin D. Roosevelt.