Ada Colau o el ardor…

Nada, que hoy tocaba un mínimo de intertextualidad (lo que antes se llamaba plagio puro y duro, al estilo del cuñado amanuense de Ana Rosa Quintana, ¿recuerdan?) y le he tomado el título prestado a Vladimir Nabókov para llevar el agua del ingenio ajeno a mi molino escribidor; así, más chulo que un ocho o…