En el centro de Oviedo, donde la piedra conversa con la historia y el arte busca diferentes lenguajes, ha surgido la galería de Terra Serena, un nuevo espacio que reivindica la cerámica como forma de pensamiento y de expresión, algo así como un santuario de la cerámica contemporánea. La galería-taller se inaugurará el próximo 11 de septiembre con Lo crudo y lo cocido, una instalación inédita del universal artista asturiano Benjamín Menéndez, que marca el inicio de una propuesta cultural profundamente inmersa en los conceptos de creación, formación y comunidad abierta a todos los autores que lo deseen.
El barro no solo se moldea en Terra Serena: se escucha, se piensa, se transforma. En cada pieza cocida hay una historia, una raíz, una voz que quiere ser compartida. El esfuerzo es hercúleo y el resultado global es que Terra Serena, la marca y taller puesto en marcha hace apenas un año por la ceramista Inés Caso, asturiana por nacimiento y madrileña por adopción, no se reinaugura ahora como una galería de arte cerámico al uso, sino que se expande como un gran proyecto creativo-transversal, articulado como taller-escuela de cerámica, laboratorio de investigación artística y plataforma expositiva.
Ubicada en el mismísimo centro de Oviedo, junto al excepcional escenario del parque San Francisco, la iniciativa nace con el propósito de dar voz a los artistas ceramistas, no solo asturianos, sino también madrileños, toledanos o de cualquier parte de España o de fuera, a los que ofrece un espacio donde, además de enseñar y comunicar, la arcilla se transforme en lenguaje, territorio, memoria y punto de encuentro.
Con una clara vocación comunitaria, Terra Serena se presenta como un foro para la colectividad ceramista con la intención de impulsar redes de colaboración entre artistas, docentes, estudiantes y público en general. La ambiciosa propuesta de Inés Caso, que preside la Asociación de Ceramistas de Asturias y dirige la edición de este año de la Feria Nacional de Cerámica Creativa de Oviedo CER.O, se estructura en tres ejes principales: galería de cerámica contemporánea, con exposiciones rotativas de grandes artistas que exploran la diversidad formal y conceptual del medio; taller-escuela, con programas formativos para todos los niveles, incluyendo intensivos de torno, y encuentros divulgativos interdisciplinarios y laboratorio creativo, donde se investiga la cerámica como práctica expandida, en diálogo con otras disciplinas como la escultura, la pintura, la arquitectura o la performance.
Benjamín Menéndez: Lo crudo y lo cocido
Esta ambiciosa propuesta didáctico-cultural de Caso va a contar con un estreno por todo lo alto: bajo el título de Lo crudo y lo cocido, barro, luz y memoria componen la instalación diseñada para tal fin por el célebre artista asturiano Benjamín Menéndez. La inauguración ha sido concebida como una experiencia sensorial única: música ambiental, aroma a tierra húmeda o piezas dispuestas en diálogo con la arquitectura del lugar.
Las piezas de Menéndez suelen combinar escultura cerámica, pigmento y elementos naturales, evocando el vínculo entre territorio, memoria y transformación. Caso y Menéndez se proponen crear una atmósfera íntima, casi ritual, que no solo proyecta inaugurar un espacio físico, sino establecer una nueva forma de mirar y de ver el arte cerámico.
Asturiano de nacimiento y universal por vocación, Benjamín Menéndez (Avilés, 1963) es una figura clave en el arte contemporáneo español. Se define fundamentalmente como un instalador, pero su inmensa obra transita entre la pintura, la escultura y la cerámica, siempre con una mirada profunda hacia la materia como vehículo de memoria. Sobre todas las cosas, Menéndez es un reconstructor tenaz del mosaico de la memoria con los mismos materiales de los que está hecha. Ellos son los verdaderos protagonistas de su trabajo: la tierra, a través del quehacer cerámico; los minerales, por su transformación industrial, y hasta los sueños, los deseos o las sensaciones canalizados por los caminos del color y la textura, mediante la pintura.
Tal y como le retrata Marina Castro Cabero, investigadora de arte en la Universidad de Oviedo, todos los materiales que usa Menéndez desbordan con su fuerza las formas en que se concretan; hablan de la simbiosis drástica y sostenida de la experiencia humana con el entorno donde dicha experiencia se desenvuelve. Pero es precisamente en esa simbiosis donde reside definitivamente la verosimilitud de sus obras, aparentemente tan diversas y dispares.
Graduado en la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artísticos de Oviedo y con una trayectoria que abarca más de tres décadas, Menéndez ha expuesto en grandes galerías de Madrid, Valencia, Santander, Ibiza o Guipúzcoa, así como en Bélgica, Suecia, Marruecos y Portugal. Su trabajo se caracteriza por una exploración poética del territorio, el cuerpo y el tiempo, utilizando el barro como elemento narrativo. Y ahora, con Terra Serena, se convierte, además, en profeta en su propia tierra. Presentar en Oviedo esta nueva obra es como cerrar un círculo: aquí aprendió a escuchar la tierra, y ahora puede hacer que otros la escuchen también a través de sus propios latidos.
En el terreno de las instalaciones, siempre con elementos comunes pero sin repetirse en ninguna, Menéndez inició una carrera tan desenfrenada como reflexiva en el Centro de Cultura Antiguo Instituto de Gijón, donde montó inicialmente su Ciclo de la Materia: Creación, Devastación, una intervención en el espacio tratando de redefinir espacialmente una sala que, hasta ese momento, casi siempre albergaba manifestaciones más tradicionales. Elementos tomados de la manufactura cerámica industrial, además de otros elaborados por el propio artista, fueron los objetos de los que se valió en este campo, además de paneles traslúcidos, iluminaciones y espacios visibles pero inaccesibles para el espectador.
Por su parte, con el proyecto transversal de Terra Serena, Inés Caso se embarca en una experiencia casi mística, claramente futurista, en la que, como suele citar Menéndez, la cerámica no es solo forma: es tiempo, es fuego, es piel, porque en cada grieta hay una historia que espera ser contada. La ‘marca’ del proyecto queda así aclarada: una cerámica que no se limita a lo decorativo y a lo divulgativo, que ya lo es, sino que se abre al pensamiento, al territorio y a la emoción.
Impacto cultural y visión futura: sembrar barro, cosechar comunidad
Parece como si la apertura de la galería de Terra Serena como una parte más de ese gran proyecto multidisciplinar y transversal no solo marcara el nacimiento de una galería, sino el inicio de una nueva etapa para la cerámica en Asturias. En una región con fuerte tradición artesanal, el proyecto se propone a sí mismo como motor cultural, espacio de formación y plataforma de visibilidad para artistas que trabajan con la tierra como medio expresivo.
Desde la misma concepción de Terra Serena, Inés Caso ha venido apostando por una programación que combinara exposiciones individuales y colectivas, talleres especializados, residencias artísticas y encuentros interdisciplinarios. La idea es clara: crear una comunidad ceramista viva, donde el aprendizaje sea horizontal y el arte cerámico se entienda como lenguaje contemporáneo.
El edificio en el que se halla Terra Serena es un inmueble situado justo en el centro de Oviedo: frente al parque San Francisco y la sede del Banco de España en el Principado y delante del célebre Hotel Reconquista. Aunque de espacio reducido en la parte baja, arriba cuenta con magnífica luz natural que entra por ventanales amplios y que crean un ambiente cálido y sereno, ideal para la contemplación y el trabajo manual.
En su conjunto, cada espacio de Terra Serena ha sido diseñado para favorecer la experiencia artística: el taller, las mesas de modelado o la galería, que permite que las piezas respiren: todo está pensado para que el arte fluya sin ruido. Parece que la cerámica, con su carga ancestral y su potencia simbólica, encuentra aquí un hogar. Y Oviedo, con su historia y su presente cultural, podría convertirse en el epicentro de una nueva generación de artistas que entienden el barro no como residuo, sino como origen.