Con la Iglesia has topado, Bankinter: condenados a devolverle el dinero a los paúles

Noviciado de los Padres Paúles en Hortaleza. Foto: padres paúles.

Noviciado de los Padres Paúles en Hortaleza. Foto: padres paúles.

Dicen en el mus que «a llorar a los paúles», pero buenos son estos curas cuando, aparte de llorar en sus muros, les tocas los dineros que con auténtica sabiduría han conseguido que les cedan los fieles a cambio de una parcelita en el cielo. Ahora bien, en este caso el Tribunal Supremo ha hilado fino y ha venido a decir algo así como que ‘ladrón que roba ladrón no ha cien años de perdón’ -ojo, nótese que es sólo una parábola o una manera castiza de hablar-. Total, que ha condenado a Bankinter a devolver a los paúles los diezmos que les había birlado vendiéndoles bonos basura de Lehman Brothers. Sí, esa compañía global de servicios financieros en la que, por cierto, trabajó el ínclito ministro de Economía, Luis de Guindos, en su Consejo Asesor a nivel europeo y como director en España y Portugal hasta su quiebra en 2008.

La noticia es que el Tribunal Supremo ha condenado a Bankinter a devolver 279.000 euros a la Congregación de la Misión de San Vicente de Paúl por venderles bonos de Lehman Brothers sin consignar quien era el emisor. ¿Habrase visto mayor burla seguida de escarnio? En fin, que en el contrato firmado entre el banco y la Congregación de los padres paúles el 21 de septiembre de 2005 se describía el valor como un “bono senior rating A1, A, A+” pero no constaba que la entidad emisora fuera Lehman Brothers.

¡Engañar a los curitas querían los banqueros…!, pero dice el Supremo que «este defecto de información, relativo a quien era el emisor del producto financiero y de los riesgos derivados de su eventual insolvencia, impide que quien no es un inversor con un conocimiento cualificado pueda hacerse una representación mental de los riesgos concretos que conlleva la contratación del bono”. La sentencia destaca asimismo que no está acreditado que el sacerdote de la congregación que cerró la operación fuera experto en inversiones financieras. Huy, si esto mismo se aplicara para los pobres pensionistas que fueron engañados con las preferenciales basura.

Lo cierto es que la Congregación contrató con Bankinter por 343.000 euros los bonos, que ofrecían un interés del 7,25 por ciento los cinco primeros años y luego pasaban a interés variable. No consta que el banco entregara antes de la suscripción un folleto, documento o explicación escrita sobre las características del producto basurilla. Y así, ante la quiebra de Lehman Brothers en septiembre de 2008, Bankinter comunicó a los padres paúles la pérdida de su inversión.

La Congregación lanzó rayos y centellas y algún que otro anatema, pero de forma más útil y pragmática presentó una demanda en marzo de 2012. El Juzgado de Primera Instancia número 71 de Madrid le dio la razón, declarando la nulidad del contrato de compraventa de los bonos y condenando a Bankinter a devolver a los demandantes 279.229 euros más los intereses legales desde la interposición de la demanda. La cifra descontaba de los 343.000 euros los 49.600 euros de renta obtenida con el producto y los 14.000 que recibió del procedimiento concursal de Lehman Brothers.

Luego, una vez recurrida la sentencia, la Audiencia de Madrid estimó el recurso del banco y desestimó la demanda de la Congregación, al considerar caducada su acción por haber transcurrido más de cuatro años desde el contrato de adquisición del bono (septiembre de 2005) y la presentación de la demanda (marzo de 2012).

Pero ahora, el Supremo ha anulado esta segunda sentencia y ha repuesto el fallo de la del Juzgado de Primera Instancia, al subrayar que el plazo de cuatro años no se completó ya que comenzó a correr a partir de la quiebra de Lehman Brothers (septiembre de 2008), ya que ese fue el momento en que conoció la Congregación la circunstancia sobre la que versa el error que invoca como motivo de anulación del contrato.

Así que en esta pelea entre banqueros y curas el resultado es éste: los del guante blanco y sombrero copa 0 – sotanas 1.

 

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