La perturbadora sala de baile

Nota a los consejeros de Trump: inaugurad la sala de baile con La Valse de Ravel. No me harán caso; construido sobre las ruinas de la patria, el monumento al ego y la estupidez de los amantes del pan de oro y la fanfarria nacerá con alguna impresentable música que bailarán jovencísimas chicas MAGA, recordando…

Cuando despertó, Cerdán todavía estaba allí

Pedro es un hombre honrado. Había desayunado. Él estaba bien, quizá algo desmemoriado. A él “no le consta”. Probablemente uno de los días más terribles del parlamentarismo español. Los “bots” de un lado y de otro lanzaron las consignas que anoche habían preparado, de acuerdo con los aparatos de agitación y propaganda respectivos. La ciudadanía…

Sin ánimo de asustar: las posibilidades de la distopía

El cazador prehistórico había de recordar aquella tarde remota en que nació el hierro y pudo poner el conejo cazado en su cazuela. Probablemente, la señora que le acompañaba recuerde mejor la cerámica que le permitió almacenar parte de la cosecha. Digo esto con un único objetivo: recordar y aceptar que toda innovación técnica histórica…

Adiós a Mazón

Carlos Mazón ni se ha despedido de la Generalitat ni tiene intención de hacerlo. Aun así, el presidente valenciano vive su cargo de prestado porque la ciudadanía no le quiere. O sea, que es un cadáver político y lo que no se sabe todavía es la fecha de la defunción.

“Corrupción para rato”: cuando el subconsciente hace el trabajo de la conciencia

Hay momentos en política que no necesitan interpretación, solo subtítulos. El reciente lapsus de Yolanda Díaz en el Senado —“queda Gobierno de corrupción para rato”— no ha sido solo un error lingüístico: es toda una revelación freudiana con micrófono y retransmisión en directo. Quería decir “Gobierno de coalición”, pero su subconsciente de pequeño sindicalista que…

Cachivaches con IA: el amigo inquietante

Ocurrió ayer mismo. Como los viernes no son días de cosas sesudas, puedo contárselo. Andaba yo preparando mi tertulia radiofónica y recibí visita: una joven de la familia, unos veinte años, venía a vernos. Acudía, por supuesto, con esa cara de potencial suicida sufriente, de quienes han descubierto lo que todos descubrimos a los veinte…