Pidió recado de escribir a la asistenta. Lo obtuvo; no era su trabajo, pero es, a más de asistenta, amiga. “Mal rayo me parta si al acabar esta carta no te dan un contratito”, afirmó, poniendo a su visitante, que también es amigo, su sonrisa de presunta catedrática.
Llamó de nuevo a Cristina, asistenta y amiga. “Escribe tú unos correíllos a Doadrio, que a mí me da la risa, dile que necesito quince patrocinadores. De paso, me subes tabaco y le encargas a alguien que vaya borrando metadatos”.
Avisados quedan: esto es un fake, pura ficción, nunca ha ocurrido; qué pueden esperar ustedes de un blog como éste. Aunque, tras lo hoy conocido, es tan verosímil que no hace falta ser José Zorrilla para imaginar una escena similar.
Trescientos folios demoledores de la Intervención General de la Administración del Estado (IGAE) que le han alegrado la mañana al juez Peinado. Ya ven, los que hacen política facha estaban en la Administración. Por Dios, qué difícil es ser progresista, rodeado de tanto facha, piensa Pedro.
Dice la auditora de la propia Administración (“nosotros hacemos auditorias”, exclamó Chivite esta misma mañana) tres cosas de cierta relevancia: que los contratos por la catedrática recomendados son ilegales, que las propias cartas son inaceptables porque generan falta de equidad y que de la documentación se han borrado los metadatos.
El juez Peinado subrayaba el texto, con sonrisa creciente, justo cuando le suena la alarma del correo electrónico a su oficial que grita excitado: “Correo de la UCO” (esto también es fake, lo que sigue no): un montón de emails entre Cristina y Doadrio, en los que la asistenta de la presunta catedrática se interesa por contratos con quince empresas. Por Dios, no solo queda desmantelado el relato, sino que la carrera de Peinado queda salvada.
Reconozcamos lo que debe reconocerse: unos amartillaron un disco duro (los agentes de la Gürtel); otros hicieron desaparecer sus terminales telefónicos (el fiscal general y su equipo), los metadatos de los ilegales, presuntamente a juicio de la Intervención General, contratos recomendados por la presunta catedrática han sido borrados.
En aras de salvar la denominada trazabilidad de la presunta corruptela, o sea, saber de dónde vienen los papeles, hemos avanzado en progreso tecnológico. Es mucho más moderno y produce menos fatiga borrar un metadato que coger un martillo. La Marca España lo agradecerá.
En una nota final les explico cómo se borran los metadatos. Para estar a la altura de la modernidad se lo he pedido a la Inteligencia Artificial. A lo que íbamos, ni martillos ni grabaciones; cartas, correos y metadatos: ¡qué elegancia!
Los papeles de la Intervención General de la Administración del Estado deberán obligar a algún expediente informativo, que pagará algún funcionario, y la cosa irá escalando hasta que llegue al más alto en la escala administrativa o a la mesa de contratación: el procedimiento administrativo se ha revelado como una auténtica máquina de fango. Ya le habíamos hecho sitio a la UCO en la “fachosfera” también cabe la IGAE, faltaría más.
Naturalmente, el sitio donde empezó todo permanecerá incólume. Ellos son inocentes, lo ha declarado el que puede. Quizá debiera sugerir a la presunta catedrática que cambie de abogado y a Bolaños que haga arder el poder judicial, así no aguantamos hasta el 2027.
Ignoro si acabadas las instrucciones judiciales, las investigaciones administrativas, los juicios orales, alguien será condenado. Pero no nos engañemos, el daño está hecho, no por los jueces o los bulos, sino por malas prácticas. Quizá, Pedro, deberías reflexionar de nuevo. De paso, llama a ZP, el runrún empieza a ser fuerte, a ver si vas a tener que empalidecer y no comer como con Cerdán.
Se acaban los comodines, se agotó el de Franco, vamos justos con Palestina, se lo han quedado los franceses y británicos, lo de pacificar Catalunya no parece suficiente si es que el asunto no acaba mal y con lo de Feijóo es de Vox, ya llevamos mucho tiempo, por más que alguna parte de la derecha se empeñe.
Está documentado el nepotismo; al menos, el intento de influir irregularmente; el mal uso de la función pública y vamos camino de que haya indicios de malversación. Peinado no era el problema.
¿Ustedes creen que estamos para techos de gasto y presupuestos? ¿Para alardes de la vicepresidenta de la izquierda de verdad verdadera? ¿Para políticas sociales? Éste es el problema, la corrupción y las malas prácticas presuntas o sugeridas hacen o no ricos y ricas a unos u otros, pero en realidad conspira contra los pueblos.
La izquierda populista, abandonada la traidora socialdemocracia, necesita héroes y los busca denodadamente. La resistencia convoca a héroes, pero la soporta la gente. El problema es que esa práctica política convierte el volumen de ruido en virtud, el cargo en derecho y la política en un vacío absoluto. Y sí, los de izquierda vamos de cabreo en cabreo, qué os den camaradas.
En realidad, las cartas, los correos y los metadatos borrados que hoy hemos conocido van de eso.
Nota. Como borrar metadatos: Selecciona el archivo con el botón derecho del ratón y pulsa en la pestaña de propiedades. Acto seguido, pulsa sobre Detalles, donde se encuentran todos los metadatos. Luego, marca en Quitar propiedades e información personal, seleccionar todo y Aceptar (texto generado por IA, hay que estar a la altura de la modernidad y el progreso, estimados y estimadas lectores).