La cumbre de las consortes y la cintura de Begoña

El caso, estimados y estimadas, es que nadie nadie sabe cómo ha sido, pero la OTAN ha venido. Al parecer, todo ha salido bien y han aprobado un nuevo concepto estratégico: es decir, ahora ya sabemos quiénes son los malos: uno no puede vivir sin tener un enemigo, como bien se sabe.

El concepto estratégico éste es fácil de explicar: viene a decir que “Dios ayuda a los buenos, cuando son más que los malos”, por eso las fronteras se llenarán de soldados, los puertos de destructores y los aeropuertos de aviones de combate.

A la izquierda de verdad verdadera, la cosa no le ha gustado: siguen siendo más de “Otan no, bases fuera” y Viva Rusia, como antaño. Ayer, así como de soslayo, ya le votaron en contra a Sánchez, sobre la cumbre y el aumento de gasto militar, que pedirá auxilio al PP: es que cambiar de gobierno le da pereza.

Madrid ha vuelto a ser una gran ciudad mundial, sus palacios, museos y avenidas han aparecido en todas las televisiones del mundo. Eso sí, madrileños y madrileñas no han aparecido mucho, porque se han quedado en casa para evitar a las “bestias”. No; no es que hayamos sido atacados por animales de esos de película: es que así llaman los líderes mundiales, especialmente Biden, a sus vehículos.

Hemos descubierto que en estas cumbres se reúnen tres tipos de personas: en primer lugar, “los sherpas”, que son esos funcionarios que curran todas las horas, y los pobrecillos, en lugar de irse de “terrazitas” y museos, tienen que ir al mercado de San Miguel a beber sangría, carísima de la muerte.

Están, también, los líderes mundiales que, mientras los “sherpas” trabajan, se dedican a los secretillos. Esta vez el que más secretitos ha negociado es el turco. Ya ven toda la vida, desde Lepanto, la ocasión más gloriosa que vieron los siglos, sospechando de ellos y ahora son esencia pura de la paz.

Erdogan el listo, a cambio de dejar entrar a suecos y finlandeses, ha conseguido unas veinte personas que los suecos, haciéndose el sueco, le mandarán para que las meta en la cárcel de por vida, ha logrado que suecos y finlandeses echen a los kurdos que por allí andan y algún islamista que se escondió en el frío.

Cierto. Todo esto podríamos haberlo hecho por Zoom. Pero, señoras y señores, por Zoom no solo es menos divertido y más barato, sino que nos hubiéramos perdido lo más importante de la reunión: señoras, señores, hemos conocido a… Las consortes.

Una colección de primeras damas y “damos”, porque hay señores, ha recorrido Madrid de la mano de la siempre afable reina de España. Excelente anfitriona. Las primeras damas y “damos” son muy listas y, enseguida, entendieron quién era la reina, a pesar de los esfuerzos de la señora de Sánchez por dar codazos para ponerse al lado de la señora de Biden.

Ya que estamos, no es por malmeter, los expertos en comunicación andan algo sorprendidos por la familiaridad de la señora del presidente, Begoña, a cuya cintura se agarró Biden, al que se le vio suelto y confidente, sumergido en El Prado. Él también buscaba una menina, dicen los expertos en comunicación no verbal.

Esta decimonónica tradición de viajar con las señoras (y pocos señores) que no trabajan, al parecer, nos ha permitido saber que las consortes se dedican a la charla amigable, la labor social y el aprendizaje cultural. O sea, como una asociación de mujeres rurales en cualquier pueblo de España, pero con pelas para ir de compras con la reina.

Vieron los hermosos jardines de La Granja, donde se oyó al discreto marido gay del presidente gay de Luxemburgo exclamar ¡oh¡, nunca se sabrá si por la belleza de la fuente de Diana o porque se enteró, en ese momento, de que iba a cenar junto al homófobo más importante de Europa, el Señor Orban. Siempre ignoraremos si el responsable de protocolo quiso fastidiar al señor de Luxemburgo o a Orban.

Hemos observado que las primeras damas y damos no viajan en bestias sino en apañaditos autobuses, tipo viaje del Imserso, aunque les enseñaron la alta velocidad, también. Remataron con una sesión en el teatro real -flamenco, ópera y cata de aceite-: eso es una reunión y no lo de los señores paseando por El Prado.

Por cierto, hay feministas enojadas por la foto de las consortes, pero apenas han dicho nada de la foto que debe verdad importa: la del poder. Cuatro mujeres sobre treinta líderes. Eso sí que es una pasada.

Descubrimos también que mientras Sherpas, consortes y periodistas toman ensaladilla rusa, que como todo el mundo sabe, excepto el Chef Andrés, no es rusa (la rusa se llama Mimosa), los líderes mundiales toman ensaladilla de Kiev, lo que no deja de ser una horterada.

Detrás del teatro, incluidos contoneos, siempre hay un texto dramático: en nuestro caso, la globalización concluye, antes de bajar el telón, con un incremento salvaje de la militarización.

Vuelve la frontera Este, a pesar de que a Sánchez le preocupe la Sur. A cambio, llenaremos Rota de militares y armamento, para defender Ceuta y Melilla de un ataque de pateras, imagino, quién se lo iba a decir a quien dijo, en su momento, que podría suprimirse el Ministerio de Defensa.

Señoras y señores, demandemos a Sánchez inmediatamente y, para consolarnos, otra cumbre sólo de consortes. Ahora que ya sabemos quiénes son los malos, lo que queremos es cotillear y ver a la Señora de Sánchez opositando a Reina.

  • https://peregrinomundo1.webnode.es/l/la-cumbre-de-las-consortes-y-la-cintura-de-begona/

 

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