A veinte días de las elecciones más abiertas de la democracia, la incertidumbre sobre los pactos o acuerdos parlamentarios que decidirán el inquilino de la Moncloa dependen de un electorado más que indeciso. Una de cada cuatro personas aun no ha decidido a qué partido otorgar su confianza, según el último barómetro del CIS. Tan alta proporción, el 25% –la mayor de las últimas dos décadas-, sube al 31,2% de los encuestados según Sigma Dos para el diario El Mundo.
Descartado el tradicional voto oculto más el factor de simpatía declarado por los votantes, la indecisión ciudadana todavía supera el 12%, lo que sin duda decantara los resultados a un lado u otro de las formaciones que encabezan los pronósticos con un margen estrecho entre ellas: PP, PSOE y Ciudadanos.
Carrera a tres: PP, Psoe y C’s
Las elecciones del 20 D serán las más ‘volátiles’ de la reciente democracia. También las primeras en consolidar el fin del bipartidismo tras casi cuatro décadas de alternancia entre socialistas y conservadores. La medida de la incertidumbre la da la última encuesta de Metroscopia que ratifica un triple empate técnico entre PP (22.7%), Ciudadanos (22.6%) y PSOE (22.5%) y relega a Podemos a la cuarta posición con 17,1% de preferencia e IU con el 5,2%.
Salvo sorpresas o errores garrafales de los lideres, serán Rajoy, Sánchez y Rivera quienes se disputen la ocupación de la Moncloa. Tampoco sería descartable un cuarto candidato en liza, cual ‘tapado’ o sustituto del cabeza de lista popular, si prospera el veto del partido bisagra que a buen seguro condicionara la undécima legislatura de la democracia.
Los restantes sondeos aumentan la distancia entre los cuatro partidos en liza separados apenas por cinco puntos: GAD3 para ABC, pronostica que el PP tendría 125 diputados (28,3%); PSOE 91 (23.1); C’s 59 (17.4%) y Podemos 41 diputados con el 14.9% del voto. Sigma (El Mundo) junto a la Voz de Galicia es la única que sitúa a Ciudadanos como segunda fuerza política del país (23% de voto y 84 escaños), detrás de PP (115 escaños y 27.1%), por delante del PSOE (20.2% y 79 diputados).
Regeneración en la Moncloa y segunda Transición
Se entiende que los líderes hayan comenzado una carrera desenfrenada y esperpéntica por ocupar todos los espacios mediáticos posibles y arañar el plus de seguidores necesario para influir en la gobernabilidad. De ello depende la supervivencia personal dentro de sus respectivas formaciones.
Los catorce días de campaña serán decisivos para intentar taponar una sangría de votos que a Rajoy le puede costar entre 60 y 70 escaños y a Pedro Sánchez en torno a la veintena, lo que llevaría a ambos a una difícil y contestada situación. Con un Albert Rivera en alza, el líder de Ciudadanos se dedica a fagocitar día a día, mes a mes, tanto el voto de centro como al electorado de la izquierda moderada, por lo que algunos analistas lo ven incluso como futuro presidente del Gobierno.
En las próximas tres semanas, el frenesí de los partidos desgranando públicamente sus ofertas programáticas mas la docena de debates con sus líderes, podría cambiar el panorama para que el vuelco electoral en nuestro país provoque un terremoto que proclame no solo a un Presidente menor de 40 años si no enterrar a la vez y de manera definitiva la gloriosa y fructífera Transición democrática.
De momento, los dos partidos emergentes –Ciudadanos y Podemos- tienen la vista puesta en las provincias de más de cuatro o cinco diputados, ya que las circunscripciones de uno a tres serian más proclives a PP y PSOE. En el segundo grupo estarían las que eligen entre seis y nueve escaños, 17 provincias con un total de 124 diputados y el 36% del Congreso.
Las dos circunscripciones principales, Madrid y Barcelona, serán también un buen vivero para ambas formaciones: son que más diputados eligen, 36 y 31 respectivamente, con un sistema electoral puramente proporcional, donde el porcentaje de votos se transforma en un porcentaje similar de escaños.
La estrategia de Rivera
Albert Rivera ha pasado de priorizar “la negociación con la lista más votada” (agosto 2015) -norma que le ha llevado a sostener gobiernos ‘populares’ en cuatro autonomías como Madrid, La Rioja, Murcia y Castilla y León y a uno socialista en Andalucía-, a sostener que gobernará “quien tenga la mayoría de apoyos parlamentarios y más cintura» para sentarse a dialogar y conseguir ser presidente (noviembre 2015).
La lógica dice que el partido más votado intentará formar gobierno, “otra cosa es que lo consiga», ha puntualizado últimamente el presidente de C’s. Rivera considera que más que un pacto de estabilidad habrá que alcanzar un acuerdo para aprobar una serie de medidas. “A lo mejor vamos a una legislatura en la que tiene que haber un acuerdo de reformas, más que acuerdo de gobierno y llevarlas a cabo con una mayoría amplia”, afirma con retranca el hombre de moda para una buena parte del electorado.
Rajoy, convencido de que gobernará otra legislatura
El presidente del Gobierno, por su parte, se muestra convencido de que el PP logrará «convencer» a los ciudadanos para gobernar cuatro años más, respaldado por las diversas encuestas preelectorales que dan a su partido como ganador. Mariano Rajoy no gobernará “si no es el partido más votado”. En el caso de quedar segundo, el líder popular ha asegurado que renunciará a pactar con otras fuerzas para gobernar. «Es lo democrático», en su opinión, a la vez que vaticina que el PSOE buscará alianzas para gobernar aunque no gane.
La encrucijada del PSOE
Pedro Sánchez tiene muy difícil superar los 110 escaños conseguidos en 2011, según la mayoría de las encuestas. La horquilla que lo sitúa incluso por debajo de los 100 diputados coloca al partido Socialista en una encrucijada difícil a la que el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, ha puesto un listón: “no se puede gobernar con menos del 25% de los votos”.
De ahí que arrecie la presión interna sobre el líder socialista, para que asuma el compromiso de no gobernar si no gana las elecciones. Sería su inmolación, o, como dicen sus colaboradores, ponerle puertas al campo. Aun así, confían en la capacidad de Sánchez para movilizar a la gran masa de indecisos.
Otro argumento del PSOE para ser opción de gobierno es que, mientras en las pasadas elecciones municipales y autonómicas el PP fue la fuerza más votada, lo que ha quedado sin embargo como efecto colateral son los pactos postelectorales en los que el PP fue el gran derrotado. Para que eso suceda, los resultados de Pedro Sánchez deben quedar muy a la par de los de Mariano Rajoy para que el juego de mayorías y los pactos le aúpen al Gobierno.
Podemos se recupera
Podemos y su líder Pablo Iglesias queda lejos del liderazgo superior al 20% de principios de año, su descenso sin embargo parece detenerse en el listón del 16% que le supondría 40 escaños. IU bordea el 5% necesario para colocarse al menos con grupo parlamentario (5 escaños), mientras UPyD quedaría muy lejos de entrar en el Parlamento con apenas un 1,2% del voto.