Política sucia

El Consejo de la Guardia Civil, órgano consultivo no vinculante de participación en las condiciones de trabajo de sus miembros, con 16 representantes de la Administración y 16 de las asociaciones (6 JUCIL, 4 AUGC, 2 UO, 1 AEGC, 1 APC, 1, IGC, 1 ASESGC) se reunió el pasado día 15 para tratar, entre otros asuntos del Orden del Día, su borrador de Ley de Personal.

La reunión estuvo marcada por el enfrentamiento existente entre el ministro de Interior, Marlaska, y la ministra de Defensa, Margarita Robles. Los dos representantes de Defensa habían anunciado a Interior que votarían en contra por un apartado de la ley que consideran contra la Constitución, contra el principio de igualdad, al establecer que una vez superada la oposición, en la nota de corte las mujeres con hasta un 15% de puntuación inferior a un hombre tendrían preferencia sobre ellos por ser mujer.

La mayoría de organizaciones se habían manifestado en contra de dicha norma por considerarla no constitucional. Yo también creo que esa norma es un desprecio a las mujeres, que no necesitan ayudas extras, sino un proceso limpio de acceso adaptado a su biología en materia de pruebas físicas, con mediciones para mujeres y no en ninguna de las otras y desde luego no cuotas de privilegio contra el esencial principio de igualdad.

El caso es que con esos dos votos en contra, si las asociaciones votaban también en contra el proyecto de ley no salía aprobado. Enviar una ley al Congreso votada en contra en el órgano encargado de emitir informe no garantiza su tramitación en el plazo previsto.

Desde hace meses se anunciaba que en dicha norma de ley se incluiría la reposición de cuatro guardias civiles expulsados en la década de los 90 por promover el derecho de asociacionismo, que en claro agravio con los miembros de la UMD que actuaron ilegalmente antes de promulgarse la Constitución, lo hicieron una vez aprobada la misma y por lo tanto sin cometer ilegalidad, como dijo el Tribunal Constitucional, pero la Guardia Civil es un Estado dentro del Estado.

Este asunto de los expulsados estaba durmiendo el sueño de los justos y por ello, dos de los tres expulsados que aún viven (José Morata y José Piñeiro), crearon una organización (2017) exclusivamente para mantener viva su demanda: el Colectivo Democrático de Policías y Guardias civiles (GUCIPOL), en cuya fundación tuve el honor de colaborar.

El 8 de enero de 2019, la ministra de Defensa recibió al sargento José Morata, guardia civil José Piñeiro y Cabo Primero Manuel Rosa, manifestándoles su apoyo al reingreso en la Guardia Civil.

Se remitió carta al Congreso de los Diputados, siendo atendida de inmediato por Miguel Gutiérrez, de Cs, quien les concedió una entrevista y planteó una PNL para su reingreso (ya había habido otra hace años presentada por UPyD). El 8 de enero de 2019, en un acto sin precedentes, la ministra de Defensa, Margarita Robles, que ya se había manifestado a favor cuando era portavoz del PSOE en el Congreso, los recibió en el Ministerio, se hizo una fotografía con ellos y autorizó su difusión. En marzo de 2021 el jefe de Gabinete de presidencia del Gobierno respondía a escrito de GUCIPOL exponiendo que informaba del asunto a la Vicepresidencia Primera y al Ministerio de Presidencia. En abril, La directora del Gabinete del Ministerio de Interior respondía a otro escrito reiterando lo que ya había expresado en febrero, la decisión de estudiar posibles medidas de reparación de la situación expuesta.

GUCIPOL se dirigió a todas las asociaciones profesionales que manifestaron su apoyo al reingreso. AUGC nació ya defendiendo el reingreso de Morata, su afiliado nº 1 procedente de Coproper, aunque después la prioridad de otras reivindicaciones y urgencias (hay mucha tela que cortar en la Guardia Civil) no mantuvo como prioritaria dicha demanda que sí ha recuperado su actual dirección nacional, siendo secundada en la misma por las demás asociaciones, especialmente la UGC, que ha contado con el importante apoyo de UGT, la AEGC y después también de JUCIL, organización mayoritaria en las elecciones de 2021.

Estando así la situación, dos días antes de la reunión del Consejo de la Guardia Civil se añade la Disposición Adicional Decimosegunda que contempla la rehabilitación a antiguos guardias civiles, con un texto que plantea que los cuatro: sargento José Morata, cabo Manuel Rosa y guardias José Piñeiro y Manuel Linde (ya fallecido) puedan ser readmitidos, que no devengarán el salario de los años que han permanecido expulsados pero los mismos sí se computaran a efectos de actualizar sus pensiones. Por último, señala que pasarán a retiro en el caso que por edad les corresponda. Previamente se había aprobado en otro Consejo una Resolución publicada en la Orden General reconociendo a los cuatro su actividad por la democratización de la Guardia Civil.

De los 16 miembros de la Administración votan 14 a favor de la Ley de Personal (incluyendo esta disposición de reingreso y el trato de privilegio a las mujeres sobre los hombres) y dos en contra (los del Ministerio de Defensa); de las asociaciones votan a favor los cuatro de AUGC, en contra once (JUCIL, IGC, AEGC, ASESGC y UO) y se abstiene la APC. Resultado: el borrador es aprobado por 18 votos a favor con 13 en contra y 1 abstención.

Se ha aprobado, pero la división entre Interior y Defensa no garantiza que la ley vea la luz la presente legislatura, lo que supone añadir un plus de tortura a los más de 30 años que han soportado los afectados y sus familias.

¿No les parece que la política ya se ha demorado bastante si reconocen que fue injusto el trato que recibieron? ¿No piensan el ministro de Interior y la ministra de Defensa que deberían reunirse y pactar que ese asunto se cierra proponiendo al Gobierno un RD con el mismo texto de la Disposición Adicional Decimosegunda con la rehabilitación de estos guardias civiles, con independencia de que siga en el borrador de Ley de Personal? ¿Los políticos pueden demostrar de vez en cuando un poco de humanidad y acabar con la tortura personal y familiar de los damnificados, sacarlos de sus disputas y con generosidad, aplicar un acto de justicia? ¿No pueden comportarse como personas corrientes con sentimientos nobles? Yo creo que sí.

 

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