Propósito: discernir entre mentira y tontería

Ustedes están pensando en sus propósitos. En ir al gimnasio o, incluso, se han comprado un chándal de esos de colorines para correr y perder peso. El cronista no hace esas cosas: dañan la salud, como todo el mundo sabe.

Conocen, de siempre, que el cronista suele comunicar sus propósitos en esta última crónica anual. En años anteriores, me propuse ser agricultor y cultivé azafrán, el pasado año, recordarán, me propuse leer “La guerra de las Galias” en latín y leída ha sido.

Dicen mis allegados que debo buscar mejorar mis habilidades y no elegir retos tan sencillos.

Estaba reflexionando sobre ello cuando, al parecer, el gordo nórdico que se ocupa de los regalos de Nochebuena envió un pequeño elfo a Londres para traerme un libro. El texto, que tiene diecisiete años, se llama “On Bullshit”, literalmente, “En la mierda”.

Creí, al principio, que el gordo se había enterado de que hablaba mal de él, a sus espaldas, con los Reyes Magos, amiguetes de toda la vida. Pero no, sin ánimo de hacer spoiler les diré que el texto, escrito por un tal Franfurt, al que no conocía de nada, alcanzó un éxito notable, hablando de política y de políticos.

Cosa que permitió al autor pasar de ser profesor de filosofía a tertuliano de lujo. No es por darles ideas, pero resulta que, al parecer, un poco de mierda sÍ funciona. Sostiene el tal Frankfurt que encontrar la porquería, perdón quise decir la tontería, no es lo mismo que encontrar la mentira.

El mentiroso es “alguien que deliberadamente promulga una falsedad”. Al político danzarín “no le importa si las cosas que dice describen correctamente la realidad”. Difunde porquería, perdón, quise decir tonterías, simplemente las escoge o las inventa, para que se ajusten a su propósito. A los gilipollas les importa un comino la verdad. Solo quieren una historia.

Pues nada: señoras y señores, este es mi difícil propósito para 2023; me he propuesto escuchar a los políticos, no dirán que no me esfuerzo, y distinguir entre mentiras y porquerías, perdón quise decir tonterías. No me digan que no es un reto apasionante.

Entre los medios de comunicación de los últimos años he estado tratando de encontrar un hilo conductor que relacione a Pablo Iglesias y Santiago Abascal, Trump o Putin. La literatura inglesa nos proporciona el vínculo: es una mierda.

Las mentiras son fábulas electoralistas en lugar de compromisos manifiestos. Las mentiras se pueden mostrar: Saddam Hussein no tenía armas de destrucción masiva. Italia no es fascista, aunque vote a Meloni, Sánchez no repartirá cuatro millones de cheques.

Pero no tiene sentido, por ejemplo, verificar las porquerías, perdón quise decir tonterías, como todavía hacen parte de los medios sobre el Brexit, Trump, Putin o Pablo Iglesias. Por eso distinguir las cosas es importante.

La mierda es mayor enemiga de la verdad que la mentira”, sostiene mi regalo de Papa Noel, que siendo de Papa Noel debe ser seria afirmación.

Todos los políticos han mentido alguna vez, y alrededor de millones de mesas de nochevieja se hablará de muchas tonterías esta noche.

Es verdad: la era de la porquería acaba siendo la continuación de una larga racha de mentiras. Cuando la moneda de la verdad está lo suficientemente degradada, los votantes pueden eventualmente elegir la charlatanería más entretenida. Hay audiencia para las porquerías, perdón, quise decir las tonterías.

Este año señoras y señores, tenemos elecciones, una o dos, que la segunda no está clara. El cronista les acompañará en la ingente tarea de discernir entre las mentiras y las porquerías, perdón, quise decir las tonterías.

Ustedes, mientras tanto, se apuntarán al gimnasio o a perder peso, allá con su salud. Tengan, en todo caso, un gran año, se lo merecen, si los chinos nos aclaran su porquería, perdón, quise decir tontería.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.