Protección electoral, nivel 50: uso inmediato, desde el primer día

Usted apenas se ha distraído unos segundos; palidece cuando observa el peligro irremediable que acecha a su hija, todos los reproches posibles vienen a su mente, mientras trata de evitar lo inevitable… Sin embargo, el mal se consuma velozmente: el político se ha hecho un selfi con su hija.

Nada puede ser peor, se dice usted, mientras camina al mercado. Frente al puesto del pescado, un “fru fru”, un ruido inhabitual, se acerca. Usted, con la preocupación por su hija aún en el cuerpo, no lo advierte. Súbitamente, un candidato pone en su mano un folleto electoral.

¿Nada puede ya empeorar? Sí: su cuñado, del partido adversario, le observa con desaprobación. Toda la familia sabrá de su vergonzoso acto.

Sube al coche, va por esas calles por las que cada vez es más difícil circular, al decir de abundantes tertulianos y, de pronto, se ve rodeado por vehículos que portan banderas políticas, tocan su claxon, esparcen papelitos sobre las aceras. Ha caído usted en medio de una caravana electoral.

Sí, señor o señora mía, debió usted prestar atención. Anoche empezaba la campaña electoral. Claro, entre la pizza y las cervecitas, mientras veía la semifinal de la Eurovisión esa, sin entender papa de polaco o danés, encima, no advirtió usted que todos los telediarios se llenaron de advertencias.

Sí; es mayo, mes de las flores, cuando hace la calor, el Madrid juega en Europa, llega Eurovisión y, cada cuatro años, hay que votar. También es el mes de degustar rabo de toro. Tenga cuidado con los caldos que lo acompañan, no sea que su juicio se nuble y vuelva usted a cometer errores tamaños.

Las cosas son como son. Desde que las militancias políticas se redujeron, sustituidas por selectivos liderazgos, y las direcciones partidarias fueron sustituidas por asesores externos, guiados por sondeos externos a medida concebidos, el mensaje es el líder y la campaña es ruido.

Todo son gestos amplificados por redes sociales, imágenes. La política son doscientos caracteres, un día largo. El resto de la vieja política, sea análisis, debates, mesas redondas, incluso mítines largamente preparados, ha desaparecido.

En consecuencia, el ciudadano o ciudadana es simplemente asaltable por creadores de contenidos.

No obstante, en este primer día de campaña, el cronista acude en su ayuda, ejerciendo su conocida función de servicio público: Le diré cómo elaborar un rápido kit de protección electoral, nivel 50: uso inmediato.

Siendo viernes dejaré para otro día mis conocidas y sesudas reflexiones.

Como primer paso, debe usted introducir en una mochilita una camisa azul, en rojo bordada, ponérsela rápidamente, impasible el ademán, en cuanto vea acercarse a candidatos o candidatas socialistas o de la izquierda de verdad verdadera.

También, una peluca de pelos ensortijados con colorines, de tipo africano y un bronceador potente. Así, si se acerca algún candidato de VOX podrá usted espantarlo convirtiendo a su hija en una Mena.

El mercado debe, igualmente, ser atendido. Si el “fru fru” le advierte de que viene un candidato socialista, póngase un guante sanitario, tome una sardina y pregunte a gritos al pescadero: ¿el pescado tiene IVA? Hay algo entre los socialistas, el pescado y el IVA que los espanta.

Si son los populistas, saque un cartel que diga, “No a los okupas”, pasarán de usted rápidamente. Si son las mesnadas de Núñez Feijóo, saque una banderita roja. Si cree que una gente de color naranja y verde viene es que usted bebió mucho el día anterior, es una alucinación: ya no existen.

Lo aconsejó Alonso Quijano y yo se lo he recordado aquí alguna vez. Dijo Don Quijote: “No huye quien se retira”. Retírese del ruido, se lo aconsejo. Reflexione. Solo, sola o en compañía de otros, al margen del escenario plantado por las múltiples candidaturas y sus ruidos, no lea a Felix Tezanos, también conocido como el Certero.

Recuerde que no por mucho madrugar, hay silencio más temprano. Esta quincena es suya, de los políticos y políticas.

Pero también de los que escuchamos. La protección de nivel 50 que le propongo incluye seleccionar ideas, antes que ruido, futuro más que coyunturas, verdades más que relatos y, sobre todo, futuros más que populismo.

Le recomiendo que pase a tomarse el vinito mañanero que siempre les recomiendo los viernes en la terraza de su casa, cuídese de los mercadillos y, sobre todo, evite que su cuñado le vea pillando un folleto: los efectos serán demoledores. Sigan estos consejos y podrán superar el momento.

 

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