Somos vulnerables
El apagón del lunes hizo que pasáramos de la certidumbre de nuestra seguridad al susto de la vulnerabilidad más absoluta. Fueron horas no sólo de oscuridad física, sino también psicológica y moral, con un desconocimiento absoluto de nuestra situación, de las causas que la motivaron y el cómo y cuándo de la posterior normalización.