La construcción de un hombre superfluo
Sánchez empezó siendo un “insensato ambicioso”; para que no cupiera duda, hizo cesar al osado director de periódico (Caño) y a su equipo (Alandete, Maite Rico…), paso previo a que mesnadas sectarias acabaran con los restos de los columnistas críticos que quedaban (pocos). Convino con los editores un alivio en el pasivo del balance a…

