Sin vacunas, sin paracetamol, sin albóndigas y sin Abba

Cada semana advierto una nueva señal sobre la llegada del apocalipsis. Empecé a fijarme aquel día en que el chino de mi barrio advirtió que el domingo no abría y el pollero, que no vendía pollos asados en fiestas de guardar. Enseguida, se añadieron las tabernas que expenden vinos sin alcohol, como si fueran casitas…