Un agosto sin corbata (8): Alemania excita a mis amigos liberales

Sí; tengo amigos y amigas liberales. De hecho, tengo amigos de todas clases. Incluso me queda alguno de izquierda de verdad verdadera, que tuerce el morrillo con mis crónicas más de lo que les gustaría. También tengo amigos y amigas de la izquierda de toda la vida, pero a éstos y a éstas les pasa como a mí: hay mañanas que no sabemos si somos de los nuestros.

Aunque no lo quiera reconocer, al personal de la izquierda de verdad verdadera les pasa como a la gente liberal: sólo han leído un capítulo de los manuales de economía.

Los de la izquierda de verdad verdadera fueron a clase el día que un profesor enloquecido les explico la Teoría Monetaria Moderna (que ni es teoría, ni moderna, ni monetaria). El asunto es que dándole a la maquinita de imprimir dinero se solucionan todos los problemas, aunque no haya activos que lo respalden, como si toda la riqueza fuera una gran moneda virtual. (En plan Laporta, por un poner).

Los liberales fueron a clase otro día. Se encontraron con un profesor que había encontrado la solución mágica: fuera cual fuere el problema, la respuesta es bajar los impuestos.

Por esto Alemania excita a mis amigos liberales. Un gobierno dominado por la izquierda (socialdemócratas, verdes, con el mínimo acompañamiento de liberales, pero con mucho poder) se prepara para bajar impuestos, recuperar el carbón y reflexionar sobre las centrales nucleares.

La izquierda pasmada española, dice que aquí no. Y alguna razón no les falta: ni tenemos margen fiscal, la estructura térmica ha sido desmantelada y nuestras nucleares son viejitas y sin inversión potencial preparada, salvo que se destinara algún fondo europeo.

Por supuesto, la culpa de la reflexión alemana es de los malvados liberales, emboscados en la coalición de gobierno; socialdemócratas y ecosocialistas nunca, pero nunca, acordarían estas decisiones. Ya les vale a los liberales, negacionistas reaccionarios, un trozo del gobierno, tratar de influir en una coalición. Hasta ahí podríamos llegar; menos mal que eso no pasa en España.

El ministro de Economía alemán ha propuesto bajar la recaudación del IRPF en 10 mil millones y crear una ayuda a los padres y madres según el número de hijos. Incrementan el umbral libre de impuestos, aunque mantienen la imposición a las rentas altas (O sea, el gobierno de la izquierda no deflacta por tramos, lo que es progresivo). En España una reducción de ese tipo no ayudaría a nadie: los vulnerables no pagan IRPF.

Debo proponerles a mis amigos liberales que contengan su excitación. La medida aún no ha sido aprobada por todos los socios de gobierno. Pero en lo grueso lo será, que me lo veo venir.

Insistiré en lo que aquí se ha dicho: en procesos inflacionarios que proceden de shock de oferta, bajar impuestos no es buena idea. No alienta el ahorro de la materia prima responsable sino mantiene su consumo. La receta es ahorrar, asumir la pobreza y proteger a los vulnerables.

Lo dicen todos los manuales desde los viejos que uno estudió (Samuelson), hasta los modernos más keynesianos (Mankiw o Krugman), que también he leído no se vayan a creer. También el representante de Keynes en la tierra, el Sr. Rojo (español), o Fuentes Quintana se lo dirían. O sea que no; bajar impuestos no toca.

España ya ha tenido esta experiencia de shock de oferta petrolífero. Puede decirse, y no faltará razón, que la demografía, la gestión de la tecnología o la gestión de los recursos humanos hace que esta crisis pueda ser distinta a la de finales de los setenta. Pero eso no cambia el fondo del asunto.

Dicen los de la izquierda española, distanciándose de la malvada Alemania, que en nuestro país se ha ayudado a las personas y no a los ricos. Todo el que paga impuestos es rico en España, no como en Alemania.

En realidad, esto tampoco es exacto, para qué engañarse: subvencionar la gasolina del Ferrari al mismo nivel que el diésel de la furgoneta obrera, o sea una subvención general, es una bajada de impuestos general.

Ninguna de las medidas adoptadas después de la pandemia y en el contexto de la crisis se han adoptado considerando niveles de renta. El Ingreso Mínimo Vital no está cumpliendo sus objetivos.

Sería bueno que entendiéramos en qué país vivimos y las notables diferencias con Alemania. Alemania tiene margen fiscal, España, no.

Los diez mil millones alemanes, que parecen mucho, son el 77% de los 13 mil que España necesita utilizar, para actualizar las pensiones contributivas y las mínimas asistenciales. El alivio fiscal alemán es el 2,7% del PIB. El déficit es del 3,7%; en España, el 6,87%. (Fecha: 31 de diciembre, 2021).

O sea que no. Amigos y amigas liberales, abandonen toda esperanza: no les bajarán los impuestos. Mientras ustedes se excitan oyendo a los alemanes, yo les dejo: me voy a calentar, dicen que Ancelotti tiene alguna duda e igual tengo que jugar esta noche.

 

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Time limit is exhausted. Please reload CAPTCHA.

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.