La conexión entre el jazz y la cerámica parece insólita, pero ambos comparten esencias comunes, como la improvisación, el ritmo o la expresión emocional. Y esa carga común de sensibilidad, de creación y de emotividad va a eclosionar en Candás con la primera edición de la exposición de cerámica JamClay, que tendrá lugar en el marco del reconocido Festival de Jazz de esa localidad costera asturiana. A ritmo de jazz, esta muestra singular presenta las obras de siete talentosas ceramistas de la ACA, enriqueciendo la propuesta cultural del festival con la belleza del arte en arcilla.
Esta singular fusión de arte y de música tendrá lugar entre el 6 y el 9 de agosto en El Centro Cultural Antigua Fábrica de Ortiz, con un horario extendido de 18:00 a 24:00 horas. Será todo un espectáculo de sonido, luz, formas y color en el que se podrá observar cómo los patrones repetitivos en cerámica pueden evocar también compases musicales. No en vano, algunos artistas incluso diseñan piezas inspiradas en partituras o estructuras rítmicas.
Para esa mezcla, esa unión casi simbiótica que pretende la Asociación de Ceramistas de Asturias (ACA), van a exponer sus obras artesanas de la talla de Asturdam, Carmen Quirós, Eva Conde, Gala Sakharova, La Cueva Studio, Márgara Bárbara y Terra Serena. Así como el jazz juega con timbres, estas reconocidas ceramistas juegan también con texturas y experimentan con superficies que “suenen” visualmente.
Cada pieza de la exposición quiere ser un reflejo de la diversidad de estilos y de maestría en las técnicas cerámicas, ofreciendo una experiencia visual que dialogue con la atmósfera del jazz. No en vano, algunas marcas -como Terra Serena- han experimentado en sus talleres de cerámica con música en vivo, donde el ritmo del jazz ha influido directamente en el modelado de las piezas. Según los organizadores de la exposición, esta colaboración subraya el compromiso de la ACA con la difusión del arte cerámico y la vitalidad cultural de Asturias.
“Esta exposición es una oportunidad maravillosa para mostrar el talento de nuestras ceramistas y ofrecer a los asistentes del festival una experiencia cultural enriquecida, donde la belleza de la cerámica complementa la energía del jazz”, según señala Noemí Lafuente Redón, Comisaria de la Exposición.
La idea no es nueva, pero sí novedosa. Cada vez, numerosos artistas de la cerámica escuchan jazz mientras trabajan el barro; es una experiencia casi metafísica en la que resulta curioso observar cómo cambian los gestos, el ritmo y hasta el enfoque de las piezas. No debe resultarnos extraño, ya que el jazz se basa en la improvisación, igual que muchos artesanos trabajan con el gesto libre y el accidente como parte del proceso creativo.
Para estas ceramistas asturianas, cada pieza que se modela a ritmo de jazz puede llegar a parecer una nota suspendida en el aire, con curvas que evocan saxofones, o bien esmaltes que vibran como contrabajos. Hay quien ya trabaja (Terra Serena, por ejemplo, la marca de Inés Caso) con la idea de “ritmo matérico”; es decir, con formas que se repiten, que se rompen y se reinventan como un solo de trompeta (ahí, por ejemplo, su serie Albar y Oskuro, con piezas caídas y en pie, o deformadas y esbeltas, que simbolizan el renacer frente a la caída).
El mensaje, pues, está claro: ¿Por qué no desarrollar una composición de piezas cerámicas inspiradas en distintos estilos de jazz? Desde el swing hasta el free jazz, cada uno puede tener su propia forma, textura y color. Es un mensaje que transmite la Agrupación de Ceramistas de Asturias (ACA), una asociación dedicada a promover, desarrollar y difundir el arte cerámico en el Principado, agrupando a profesionales y entusiastas de la cerámica.
El escenario elegido por ACA es sin duda único: el Festival de Jazz de Candás; un evento anual de referencia que congrega a destacados músicos de jazz y contribuye significativamente a la oferta cultural de la pintoresca localidad costera asturiana. La relación entre ambos es estrecha: el barro, como el jazz, exige entrega: dicen las ceramistas que no se domina, sino que se acompaña. Así, el proceso creativo cerámico se asemeja a una jam session, o actuación improvisada: empieza con una idea, pero se transforma con cada gesto. De ahí el nombre genérico de la muestra: JamClay.