A lo largo de 2016, un total de 348 periodistas han sido encarcelados en el mundo, el 6% más que en 2015. Es el negro balance del informe que ha publicado la ONG Reporteros Sin Fronteras (RSF), un documento que recoge las cifras de periodistas secuestrados, desaparecidos y encarcelados durante el último año. El informe de RSF muestra una tendencia alcista y señala a los grupos responsables de la mayoría de secuestros y las zonas en las que actúan, ofrece la lista de países con más periodistas presos y pone rostro a significativos casos de detención.
Durante 2016 se ha registrado una tendencia dramáticamente alcista en la cifra de periodistas presos. En este momento, 348 periodistas se encuentran encarcelados en el mundo, lo que representa un aumento del 6% con respecto a 2015.
Si se toma en cuenta el número de periodistas profesionales encarcelados, la diferencia es aún mayor y sube al 22%, después de que las cifras se cuadruplicasen en Turquía tras el fallido golpe de Estado registrado en julio pasado.
En la actualidad hay más de cien periodistas y colaboradores de medios de comunicación en las cárceles turcas. La organización ha podido confirmar que, en cuarenta y un casos, la detención tiene una relación directa con su trabajo periodístico. Los excesos autoritarios del presidente Recep Tayyip Erdogan se manifiestan en redadas en medios de comunicación, haciendo así callar a las voces críticas.
Cientos de periodistas son llevados ante la justicia por “insulto al presidente de la República” o “terrorismo”. En cambio, no es necesaria una acusación formal para detener a un periodista: el número de detenciones arbitrarias no hace sino aumentar.
En Turquía, China, Irán y Egipto se concentran más de dos tercios de los periodistas encarcelados en el mundo.
“La represión de los periodistas en el mundo aumenta a un ritmo frenético», afirma Christophe Deloire, secretario general de RSF. “A las puertas de Europa se está realizando una verdadera caza de brujas que ha enviado a prisión a decenas de periodistas y que ha hecho de Turquía la mayor prisión del mundo para el periodismo. En un año, el régimen de Erdogan ha acabado con el pluralismo mediático, frente a una Unión Europea muy callada sobre este asunto”, añade.
Alto riesgo de secuestro en Oriente Medio
Por otro lado, en este momento hay 52 periodistas secuestrados en el mundo y, de ellos, 21 son rehenes del grupo Estado Islámico. Este año, todos casos de secuestros de periodistas se han producido en zonas de conflicto en Oriente Medio, y éste es uno de los factores que hace que Siria e Irak figuren entre los países más peligrosos del mundo para los periodistas.
Frente a los peligros, cada vez más numerosos, que afrontan quienes se dedican a la información, Reporteros Sin Fronteras pide que se nombre a un “Representante Especial para la seguridad de los periodistas” que dependa directamente del Secretario General de las Naciones Unidas. Hasta el momento, las numerosas resoluciones de la ONU relativas a la protección de los periodistas y la lucha contra la impunidad, no han dado resultados satisfactorios.
Publicado a finales de año, el Balance Anual de Reporteros Sin Fronteras se centra en los periodistas y refleja los datos más significativos registrados por la organización. La primera parte, que se difunde este 13 de diciembre, recoge las cifras de secuestrados, encarcelados y desaparecidos. En los próximos días, RSF dará a conocer la cifra de asesinatos de periodistas contabilizadas en 2016. Como novedad, el Balance toma en cuenta este 2016 a los periodistas ciudadanos, además de los profesionales, para el cómputo total.
El Balance es uno de los principales informes de Reporteros Sin Fronteras, junto con la Clasificación Mundial (el ranking de 180 países que evalúa el grado de libertad de prensa); el Informe Anual (evolución del estado de la libertad de información durante un año en un centenar de países), o la lista de los Depredadores de la Libertad de Prensa: el plantel de líderes, gobernantes y grupos que han declarado la guerra abierta a los periodistas, al pluralismo y a la libertad de información.