En España existen en la actualidad 50.272 niños y adolescentes bajo el sistema de protección, de los cuales 23.209 viven institucionalizados en centros de menores. Son datos del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030 y representan una cifra alarmante que evidencia el fracaso social del modelo actual. Ante esta angustiosa situación para un país industrializado y de la Unión Europea, la Fundación Madrina ha lanzado una alerta para que se proceda de forma urgente a una reforma legislativa que priorice el acogimiento familiar y, sobre todo, facilite la adopción nacional semiabierta como solución para garantizar el derecho de cada niño a crecer en una familia.
La Fundación Madrina, a través de su presidente Conrado Giménez, subraya que la institucionalización de niños sin hogar es una fábrica de exclusión social, porque su permanencia prolongada en centros tiene consecuencias devastadoras. “Hay estudios, como uno realizado en Argentina, que indican que hasta el 80% de su población reclusa procede de menores institucionalizados. La cárcel se convierte en otra ‘institución’ para quienes no aprendieron a vivir en familia”, alerta Giménez, quien añade que “la solución real está en la adopción, pero que en España el sistema burocrático la bloquea, mientras tenemos más de 100.000 abortos anuales, muchos por motivos económicos”.
Como resultado de esta situación, mientras más de 50.000 niños esperan adopción en nuestro país, las familias españolas se ven abocadas a largos procesos internacionales para conseguir adoptar: “Miles de familias esperan entre cinco y diez años y gastan hasta 25.000 euros para adoptar fuera de España. Se ha convertido en una ‘commodity’, un negocio”, denuncia Giménez. Actualmente, hay familias españolas atrapadas en procesos en 17 países; en concreto, 148 familias afectadas, con 14 esperando reunirse con sus hijos en India, junto a otras 17 que acaban de finalizar procesos en Vietnam tras una compleja operación diplomática.
Adopción semiabierta para salvar vidas
Ante esta situación, la Fundación Madrina propone una reforma legal hacia la adopción semiabierta. Este modelo permitiría a la madre biológica, que se plantea el aborto o el abandono por falta de recursos, entregar a su hijo en adopción y participar en la elección de la familia (por ejemplo, eligiendo un perfil de familia tradicional, o decidiendo el nombre del bebé), manteniendo la confidencialidad pero respetando su voluntad.
“Si cambiamos la ley, estimamos que el 10% de los nacimientos irían hacia adopciones nacionales, cubriendo toda la demanda de las familias españolas y dando una opción de vida digna a esos niños”, asegura Conrado Giménez, quien añade que “uchas madres vulnerables que atendemos nos dicen: ‘Yo quiero dar esta opción de niño en adopción, pero quiero que se respete mi voluntad en el proceso’. Hoy, esa voluntad no se respeta y el sistema falla a todas las partes”.
Desde la Fundación ponen como ejemplo a María, una madre joven acogida por Fundación Madrina, quien señala que “cuando me vi sola y sin recursos, pensé que abortar era mi única salida. Si hubiera sabido que podía elegir una familia llena de amor para mi bebé, que le dieran lo que yo no puedo ahora, y que mi decisión contaría… lo habría hecho sin dudar. Habría sido el mayor acto de amor, no un abandono”.
Reforma de la Ley de Adopción Nacional
La Fundación Madrina plantea una reforma de la Ley de Adopción Nacional en el sistema de adopción español, dado que España se enfrenta a la paradoja social que señalábamos arriba: mientras más de 50.000 niños y adolescentes se encuentran bajo la tutela del Estado, a menudo en centros residenciales, muchas familias españolas se ven forzadas a emprender largos, costosos y complejos procesos de adopción internacional. Esta desconexión entre la necesidad de los menores y el deseo de las familias adoptantes señala una grave ineficiencia en nuestro sistema nacional.
El argumento central de la propuesta de la Fundación es que, mediante una modificación legislativa que respete y dé validez a la voluntad de la madre biológica, España pueda revitalizar su sistema de adopción. Al empoderar a la madre con decisiones fundamentales sobre el futuro de su hijo, no solo se dignifica su papel, sino que se crea una alternativa real y esperanzadora que puede reducir drásticamente la dependencia de los procesos internacionales, ofrecer una opción vital para madres en situación de crisis y garantizar que miles de niños crezcan en el seno de una familia.
Según la Fundación, para comprender la necesidad y el impacto de la reforma propuesta es imprescindible analizar las fallas estructurales del sistema de adopción español vigente. Los datos oficiales y las realidades sociales revelan un modelo que no responde eficazmente ni a las necesidades de los menores en desamparo ni a las aspiraciones de las familias que desean adoptar.
Según datos oficiales del Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, las cifras de la infancia vulnerable en España son alarmantes: 50.272 niños y adolescentes se hallan integrados en la actualidad en el sistema de protección, de los cuales 23.209 residen en centros de menores y 19.320 se encuentran en régimen de acogimiento familiar.
Aunque se prioriza el acogimiento familiar, una cifra inaceptablemente alta de menores permanece institucionalizada. Las consecuencias a largo plazo de esta realidad son devastadoras. La institucionalización no solo priva a un niño de un entorno familiar, sino que perpetúa un ciclo de exclusión social.
Barreras para las familias adoptantes
En paralelo, la adopción nacional es un camino lleno de obstáculos para las familias españolas, que se ven empujadas a buscar soluciones fuera de nuestras fronteras. La adopción internacional no es, en la mayoría de los casos, una primera opción, sino una necesidad impuesta por las limitaciones de nuestro sistema.
Sin embargo, esas familias desesperadas por adoptar que se ven abocadas a buscar en el extranjero se encuentran con multitud de trabas y problemas. En primer lugar, el exorbitante coste económico: pueden llegar a gastar hasta 25.000 euros en un proceso de adopción internacional, una cifra prohibitiva para muchos. En segundo lugar, los inasumibles tiempos de espera: la tramitación puede prolongarse entre cinco y diez años, un periodo de incertidumbre y desgaste emocional insostenible. Y, finalmente, la comoditización de la infancia, dado que estos costes y demoras transforman un acto de amor y protección en lo que puede percibirse como un “negocio” o una transacción para obtener una “commodity”. Esta mercantilización del proceso es ética y humanamente inaceptable.
La paradoja social: aborto y demanda de adopción
En este orden de cosas, la Fundación Madrina hace hincapié en otro hecho social que no deja de sorprender: la ineficiencia del sistema de adopción se vuelve aún más trágica al contrastarla con que en España se producen más de 100.000 abortos anualmente, muchos de ellos motivados por dificultades económicas.
“Se configura así una dolorosa paradoja: mientras miles de familias anhelan un hijo y miles de niños esperan un hogar, existe un gran número de embarazos que no llegan a término por falta de alternativas viables. Si el sistema de adopción ofreciera una opción digna y respetuosa para las madres en crisis, muchas podrían elegir dar a sus hijos en adopción, salvando vidas y cumpliendo el sueño de incontables familias”, afirman desde la citada Fundación.
Una solución podría pasar por la introducción del modelo de adopción semiabierta en la legislación española; un ajuste diseñado para alinear el sistema con las necesidades de todos los implicados: el menor, la madre biológica y la familia adoptante. Su objetivo es desbloquear el potencial de la adopción nacional respetando un principio fundamental: la voluntad de la madre.
Los expertos de la Fundación sostienen que tal reforma debería contemplar unos principios básicos como los siguientes: mantenimiento del secreto, garantizando la privacidad y seguridad jurídica; respeto a la voluntad de la madre biológica, permitiéndole conocer y tener voz sobre el tipo de familia en la que será integrado su hijo, o tener el derecho de darle un nombre.
Transformación del panorama de la adopción nacional
Según los promotores de esta iniciativa, el principal impacto de la reforma sería cuantitativo y estructural: “al hacer el proceso de adopción más humano y respetuoso con la madre biológica se proyecta un aumento masivo en el número de adopciones nacionales”. Se estima que la implementación de este modelo podría generar que el 10% de todos los nacimientos en España derivaran en adopciones nacionales.
La consecuencia directa de lo anterior es que el incremento de esta magnitud sería suficiente para cubrir todas las necesidades de las familias españolas que actualmente se encuentran en listas de espera o recurren a la vía internacional. Esto pondría fin a la dependencia de procesos extranjeros, eliminando los costes exorbitantes y los tiempos de espera inasumibles que hoy caracterizan la adopción.



