José María Garzón, socio director del despacho Garzón Abogados, presentó su libro “La prueba del ADN en el proceso penal”, arropado por sus dos codirectores de tesis, Vicente Gimeno Sendra, magistrado emérito del Tribunal Constitucional y catedrático de derecho procesal, Nicolás Marchal Escalona, doctor en Derecho, criminólogo y coronel de la Guardia Civil, y Rosalina Díaz Valcárcel, presidenta de Wolters Kluwer España, editora de la obra.
“La prueba del ADN en el proceso penal” es la versión libro de tesis doctoral del mismo nombre, que Garzón presentó el pasado verano en la Facultad de Derecho de la UNED y por la que recibió un sobresaliente summa cum laude. Un libro muy especial porque es el primero que aborda las reformas operadas en 2015 sobre la Ley Orgánica que venía regulando el ADN desde 2003 y que luego se modificó en 2007.
También porque es el primer libro que identifica, señala y explica las lagunas legales que todavía existen en el proceso de recogida y procesamiento de dichas pruebas durante las investigaciones criminales, lo que lo hace más preciado por ello, si cabe.
Y porque ha sido escrito por el abogado penalista y criminólogo, el doctor José María Garzón, el primer letrado de la historia de la abogacía española que solicitó a un juez instructor una prueba de ADN sobre los restos biológicos encontrados en la escena del crimen del triple asesinato de las niñas de Alcàsser, que tuvieron lugar el 13 de noviembre de 1992.
No es el producto de un simple estudioso sino de un letrado en activo, que actúa, de forma regular, en juicios, y que, además, es un estudioso del mundo legal, por lo que reúne en su persona ambos mundos. De ahí su valor.
La presentación del libro tuvo lugar en el salón del restaurante japonés Luxury, junto a la madrileña Glorieta de San Bernardo, frente a un público que superaba las 100 personas, entre los que había colegas, jueces, fiscales, miembros de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado, embajadores, periodistas y amigos.
El primero en intervenir fue Vicente Gimeno Sendra, codirector de la tesis. “Cuando José María vino a verme para hacer la tesis le di un consejo: ‘Mira tienes que hacerla no para los catedráticos de universidad, no para los jueces sino para los abogados. Y para los abogados de pueblo. Porque yo creo que la claridad no está reñida con la altura de conceptos. Pero tienes que escribir de una manera sencilla y sistemática’”, cuenta que le contó.
“Yo le he hecho muy pocas observaciones materiales, porque él sabe de esto mucho más que yo. He aprendido mucho de él sobre el ADN. He contribuido, junto con Nicolás, a que ordenara sus conceptos. El libro cumple con todos los objetivos establecidos, tanto formales como materiales. Gracias, José María, por tu aportación al derecho procesal”, añadió el catedrático.
El coronel, profesor y codirector de la tesis, Marchal Escalona, en su intervención, reveló que “la travesía de la elaboración de la tesis ha sido dura para José María. Ha pasado muchísimo. Por ello, tiene una valor impresionante”.
Marchal destacó el “rigor, la metodología y su referente, el sistema de derechos fundamentales, que aun trabajando para el proceso, y siendo un método de prueba técnicamente viable, el parámetro y norte para operar cualquier medida que suponga una injerencia en la esfera de los derechos fundamentales, será siempre el respeto a los derechos de los ciudadanos a los que servimos”.
La siguiente en intervenir fue la presidenta de Wolters Kluwer, Rosalina Díaz Valcárcel, quien, después de dar las gracias, resaltó la calidad de los dos codirectores de la tesis.
“Para mí es muy atractivo estar en esta mesa de presentación con Vicente Gimeno Sendra, a quien admiro muchísimo. Que un jurista de su prestigio avale un libro como este, siendo codirector de la tesis, para Wolters Kluwer es una garantía de calidad y de confianza”, afirmó Díaz Valcárcel.
“No conocía a Nicolás Marchal, pero ya soy una admiradora de su trabajo. Mi total admiración por haber codirigido esta tesis que ha dado lugar a este magnífico libro”, señaló.
El último en intervenir fue el autor de “La prueba del ADN en el proceso penal”, José María Garzón, quien se refirió a muchos de los presentes, policías y guardias civiles, especialistas de la Policía Científica, unos, o del Servicio de Criminalística, otros, que contribuyeron con sus aportaciones a que la tesis tuviera el éxito que ha tenido.
Garzón pronunció palabras de agradecimiento para sus dos codirectores, Nicolás Marchal Escalona y Vicente Gimeno Sendra, por haberle conducido en la singladura hacia el doctorado. Para Wolters Kluwer, porque la edición mejoró la obra misma. “Da caché. Sin una buena edición como ésta la obra no es nada”, dijo.
Y para su familia, en especial a Concha, su mujer, su gran apoyo en esta singladura por convertirse en doctor, primero, y autor de libro, después, y para su alter ego, hermano y compañero, Jesús.