Miles de trabajadores españoles que buscan trabajo en el extranjero están sufriendo abusos e irregularidades en los Países Bajos, y más concretamente en Holanda. El hecho de ser comunitarios parece que no sirve en este caso: las Empresas de Trabajo Temporal (ETT) son las que, pese a la legislación europea que les atañe para garantizar los derechos de los trabajadores extranjeros, maniobran de tal forma que, en la práctica, su condición de no residentes opera negativamente respecto al ejercicio de sus derechos, incluso en la fiscalidad. Las propias ETT que operan en el sector reenvían a casa a los migrantes cuando comienzan a dar problemas. Es la cara negra de la emigración española.
El Gobierno es consciente de los usos de las ETT que operan en el sector, que conocen sobradamente la situación de desamparo, de abuso y de irregularidad en la que viven muchos miles de migrantes españoles, y sabe que estas ETT suelen enviar de vuelta al cabo de un tiempo a estos trabajadores cuando surgen problemas, aprovechando para ello el factor de no residencia de los mismos. Pero el Ministerio de Empleo, pese a conocer el abuso, no hace nada por atajarlo. Así lo ha denunciado el diputado de Izquierda Unida Miguel Ángel Bustamante, que exige soluciones al gobierno de Rajoy.
El pasado mes de enero, Bustamante presentó una iniciativa dirigida a la ministra de Empleo y Seguridad Social, Fátima Báñez, para que detallara qué medidas iba a tomar para evitar las actuaciones de empresas de dudosa legalidad, así como las mafias ligadas a las migraciones que abusan de muchos trabajadores españoles que han emigrado a otros países de Europa buscando empleos ante la falta de puestos de trabajo en nuestro país.
Bustamante se centró en el flagrante caso de los Países Bajos, en especial Holanda, y utilizó el informe ‘Trabajar en Holanda’, elaborado para la Fundación 1º de Mayo, de Comisiones Obreras. En el mismo, se analiza la situación de un importante número de personas españolas que “trabajan en empresas de los Países Bajos, dedicadas mayoritariamente al sector de la logística, en condiciones laborales enormemente precarias y que en muchos casos rozan la semiesclavitud”, según el informe sindical.
Ahora, un par de meses después, Bustamante se muestra “poco satisfecho” por las actuaciones del Gobierno, ya que “parece mucho más autocomplaciente con las escasas medidas puestas en marcha que preocupado por el grave alcance real de estas prácticas, que siguen produciéndose”.
Contratos irregulares en los Países Bajos
El Gobierno de Rajoy es consciente que algo ocurre con las ETT en los Países Bajos, y conoce una lista de empresas que estarían contratando en condiciones de irregularidad y de abuso. De hecho, el propio Bustamante ha puesto nombre y apellidos a estas empresas y ha denunciado ante el Ejecutivo algunas de sus prácticas irregulares más comunes. Según el diputado de IU, se contrata a los trabajadores españoles a través de ETT como Hobij, PRAN, 100PRO, T&S Flexwerk, Young Capital, Synergie, Otto, Covebo o Temporales en Holanda, que operan en España a través de sus propias páginas web o de páginas de búsqueda de empleo.
“Una vez en los Países Bajos, los trabajadores firman un nuevo contrato cuyas condiciones suelen ser diferentes a aquellas del contrato que firmaron en origen”, nos denuncia el diputado de IU.
Entre los problemas que, al parecer, los españoles se encuentran una vez que llegan engañados a su destino están los habituales ‘contratos de cero horas’, según los cuales los trabajadores ponen su tiempo semanal a disposición de la empresa sin que ésta les garantice unas horas mínimas de trabajo. Este tipo de contratos hace que, como la empresa les costea el alojamiento y los pagos de los recibos del agua y la luz, muchos de estos trabajadores terminan incurriendo en ‘nóminas negativas’, es decir, generan menos dinero del que deben a las empresas.
Otro de los problemas de esta ‘cara negra’ de la emigración española es que, por ejemplo, la naturaleza del trabajo temporal y la puesta a disposición de los trabajadores a las empresas en función de las necesidades de mano de obra de las mismas, hace que sea frecuente el cambio de empresa usuaria y, por tanto, a veces también de residencia de los trabajadores a una localidad más cercana a la sede de la empresa.