La emoción de Tezanos y el hastío con Sánchez: a Narciso también lo mató la justicia

“Cuando se descubrió que habían desviado dinero público y se pidió que se le juzgara por malversación, Cécina, resentido, decidió revolverlo todo y restañar con los males del Estado sus heridas privadas” [Cornelio Tácito. Historias – Cita generada con IA, Géminis, 13 de diciembre de 2025].

Cabría recordar aquel día que quienes amaban a Narciso y habían sido despreciadas o despreciados por él se dirigieron a los dioses. Eco, una ninfa que le pidió ayuda y amor, fue despreciada cruelmente por el guapo. Némesis, la diosa de la justicia y la venganza, lo castigó y Narciso, enamorado de sí mismo, se lanzó al espejo de agua y se consumió. Es poética la venganza que siempre ofrecen los griegos. Son mucho más finos que los romanos, aunque éstos le gustan más a Sánchez: odiaban mejor.

Debo confesarles que mi salud mental me impide leer los números a Tezanos, el certero. Simplemente no hay manera de que cuadre nada. Si ustedes comprueban la muestra de los que responden, observarán que quienes votaron en 2023 al PSOE fueron más que los del PP, en concreto afirma Tezanos que un 7% más de los que obtuvo, mientras le resta al PP ocho puntos. Es decir, la muestra está mal diseñada, así los resultados estarán mal. Conclusión: no sigan leyendo.

Si no me creen y siguen leyendo, y han pasado ustedes de sexto de primaria (regla de tres), observarán con un simple cálculo que, pasmosamente, un 23,3% del voto directo asignado al PSOE supone un 31,4% de los votos útiles, mientras, matemáticamente imposible, el 12,4% asignado a Vox es un 17,6 (debiera ser un 16,7) de los votos útiles. El 15,2% de los votos directos asignados al PP se convierten en un 22,4% del voto útil (debiera ser un 20,4).

No tengo el mayor interés en descubrir el manual de aritmética que Tezanos el certero utiliza y menos en perder el tiempo en el asunto. Es como aquellas viejas páginas de la revista Temas, pagada con dinero del PSOE (o vaya usted a saber) en que cada mes pintaba una encuesta, con hermoso gráfico incluido, en la que nunca puso ficha técnica y nunca acertó. Él ejerce de activista, no de sociólogo y si hay que ir al Senado a mentir, diciendo que el PSOE ganó las elecciones, se dice.

Lo que resulta sorprendente es que habrá habido alguien que haya firmado los cálculos, como si los demás fuéramos imbéciles. Despreciados, pues, los números por salud mental, me voy a un análisis cualitativo que ha presentado el CIS sobre las emociones de la ciudadanía. Como he asistido a la realización de más de un cualitativo sé que supone mucho trabajo. En consecuencia, es improbable que Tezanos el certero se lo haya currado o, incluso, leído.

El CIS ha publicado el volumen 4 de la obra “España 2025. Estructura y cambio social”, que aborda el poder, la política y la sociedad, e incluye un análisis profundo de estas actitudes. El trabajo que me interesa (Estudio 11009) nos muestra que las emociones dominantes en la ciudadanía son el hastío, el cansancio, la frustración y la desconfianza. Factores que se convierten en miedo si hablamos de vivienda y futuro.

Estas emociones repiten la brecha generacional que revelan los sondeos de casi todas las encuestadoras. En los jóvenes, el sentimiento dominante es la ansiedad cuando no el miedo. Como todos, menos los socialistas realmente existentes, hemos percibido que la vivienda es el detonante, sin que crean que la política les resolverá el problema. Años después de que Sánchez prometiera doscientas mil viviendas, nadie parece creerle. Porque casi ninguna se ha construido, ni empezado.

Entre los más adultos, el cansancio se expresa en una crisis de identidad de clase media: la sensación de que el esfuerzo no se traduce en estabilidad ni futuro plausible. En los mayores, “boomer en la fachosfera” dirán en la Moncloa, la preocupación gira hacia el deterioro institucional y la ausencia de protección y seguridad. La guerra aparece, tímidamente, en esta preocupación, reforzando la idea de ansiedad.

El CIS no ofrece conclusiones, faltaría más, estas colecciones se mantienen en el viejo estilo y como solo las leemos los enfermos, no interesa a Tezanos el certero manipularlas. Estas emociones, el hastío, revelan bien lo que está pasando estos días. Es la razón que, finalmente, han percibido, los medios del coro y los voceros de las tribunas que han pasado al desconcierto, mientras la vicepresidenta segunda nos amenaza con dejar de respirar un minuto. Para redoblar el desprecio de Sánchez a la ciudadanía, no solo ha humillado a la vicepresidenta de Sumar, a la que ha despachado con una notita, sino que solo ha comparecido una vez: en la cuenta de TikTok para decirnos sus canciones favoritas de Robe Iniesta.

Es probable que sus amigos de 45 o 50 años se las hayan propuesto. No quiero ser menos: le propongo la canción de 2016 llamada “destrozares”. Incluso le dedico el primer verso y medio de la canción: “He perdido la dignidad y el sentido del honor”. Robe hablaba de una enamorada, Pedro ya no sé si es un enamorado o un simple Narciso.

Ya les he comentado aquí lo que pienso del asunto. Mi profecía de que le espera al PSOE una “larga marcha” de regeneración. Lo que resulta asombroso es la frialdad y retórica insultante, cuando no el silencio, con que las mujeres directivas tratan a sus propias militantes. La que tanto grita en Valencia, la responsable de haber protegido a Salazar, la silente ministra de Igualdad, han mentido con la frialdad de un témpano, mientras sus militantes siguen denunciando, desconcertadas, a alcaldes y directivos.

Hastío es una buena palabra. Es lo que ya produce Sánchez que planea gobernar sin concurso del legislativo, sin presupuestos, pero tendrá que aguantar a los jueces y a la UCO. Némesis observa al gran conductor.

 

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