La historia vivida contra la izquierda caviar: socialistas históricos contra la autocracia de Sánchez

La fecha del 20 de junio no dejará de  resonar fácilmente en los oídos de Pedro Sánchez. Ese martes, el colectivo Fernando de los Ríos protagonizará en Madrid un nuevo acto de crítica a lo que el sanchismo significa de autocracia. Alfonso Guerra, alma máter de ese colectivo tan crítico con Sánchez y sus políticas, presentará en Madrid el libro Aquel PSOE. Los sueños de una generación, del ex ministro de Felipe González y ex rector de la Universidad de Alcalá de Henares Virgilio Zapatero. Copresentará también la exministra Rosa Conde.

A nadie se le escapa que ese acto representará un hito más a la crítica al sanchismo de los históricos socialistas que protagonizaron la transición y el gran cambio político y social a la España democrática. Un acto que se suma al de hace unos días, cuando más de un centenar de distinguidas figuras del colectivo Fernando de los Ríos salieron por fin del armario para valorar los resultados del 28-M y pedir un gran cambio en el PSOE que le devuelva a sus esencias sociales y de democracia interna.

El grupo está capitaneado de alguna manera por un antiguo miembro de la Ejecutiva socialista, Pedro Bofill, y por el exsecretario de los socialistas vascos, Nicolás Redondo Terreros, pero nadie duda de que quienes están realmente detrás de esa gran crítica a la deriva que ha tomado el PSOE con el autocrático Sánchez son Alfonso Guerra y el propio Felipe González, aunque éste último sin querer dar la cara aún, manteniéndose a la sombra.

La reciente reunión del grupo que ha saltado ahora a los medios de comunicación no ha sido la única mantenida por el colectivo. Ya se celebraron al menos otras tres anteriores, aunque de manera discreta. Sólo que ahora, tras el desastre del 28-M, han decidido salir a la luz.

De este colectivo que reivindica el socialismo histórico alejado de componendas con filoterroristas, progolpistas separatistas y estalinistas trepafarolas de distinto pelaje forman parte antiguos dirigentes ugetistas y socialistas como Cándido Méndez, Guerra, Leguina, Corcuera, Rodríguez de la Borbolla, Rodríguez Ibarra o Paco Fernández Marugán. También, el catedrático de sociología y experto en encuestas José Antonio Díaz, que ya presagió el 28-M y que, al parecer, augura ahora un posible nuevo abismo electoral al que Sánchez podría precipitar al PSOE con sus políticas y su diseño de campaña.

La salida a la luz pública en forma tan explosiva de este colectivo heterogéneo de antiguos socialistas ha revuelto las aguas en el enturbiado PSOE de Sánchez. Algunos voceros del sanchismo se han apresurado a calificar ya de “la derecha de la izquierda” a este movimiento que quiere recuperar las esencias socialistas. Estos voceros agradecidos lanzan igualmente una advertencia a los posibles seguidores del colectivo: “Será gratificante ver el rostro de la imbecilidad voluntaria”, refiriéndose a los trabajadores que pudieran apoyar las tesis de los socialistas históricos y críticos que reivindican la transición política que se hizo y piden la vuelta a un partido socialista, ‘refundado’ si fuera necesario, donde no reine la autocracia de un ególatra venido a más.

Sostenía Platón en la República que el deseo del poder absoluto –el afán que, al parecer, mueve a Sánchez y revindican sus voceros agradecidos- es fruto de tres estados de enajenación: el exceso de alcohol, el enamoramiento y la locura furiosa; tres estados transitorios que, según el filósofo griego, provocan conductas trastornadas o socialmente patológicas que, por lo general, son transitorias, aunque pueden resultar permanentes en el caso del loco furioso.

Sánchez no ha respondido personalmente aún al colectivo Fernando de los Ríos, pero sí lo han hecho sus voceros, y con furia loca, sin duda. Pero esos voceros no deben olvidar algo que también predicaba John Milton, el autor de El Paraíso Perdido y de Areopagítica: que la verdadera justificación de la autoridad es la superioridad intelectual y moral; es decir, que los “prudentes” deben gobernar a los “locos”.

 

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