Rita Maestre, hija del ascendido en el Ayuntamiento de Madrid. Foto: Tv.

Prometer y no cumplir, sino hacer lo contrario y con nepotismo. La nena le diría al padre: «Popó, ya tienes nivel 30, porque tú lo vales». La niña convenció a Manuela Carmena, que parece un poco senil pero que se entera de todo. ¡Vamos que si se entera de todo!, y que se ríe de todos a carcajadas: como que hasta se enteró de que nombraba jefazo a dedazo a su sobrinazo político, uno que dice llamarse Luis y apellidarse Cueto, y ni siquiera le tembló el pulso, como debe ser.

Ahora es su portavoz en el Ayuntamiento de Madrid, Rita Maestre, que ha conseguido nombrar también a dedazo a su popó, uno que dice llamarse Luis Maestre Avilés, como subdirector de la Agencia Tributaria madrileña.

No sirve decir que el tal popó de la tal nena trabaja desde hace más de una década en esa misma Agencia. Y no sirve porque cuando esto mismo lo hicieron los de la casta, estos otros –que evidentemente querían ser casta– pusieron el grito podemita en los cielos, además de las tetas en las capillas de la Iglesia Católica. Bueno, esto último está bien, digan lo que digan: al menos, vemos tetas.

[Por cierto, que respecto a como empezábamos este (no)artículo, eso de ‘prometer y no cumplir’ es un simple parafraseado del refranero castellano, que dice textualmente: «Prometer hasta meter, y después de metido, nada de lo prometido»].