La arruga es bella

En 1973, el que sería afamado diseñador, Adolfo Domínguez, regresó a Orense, su tierra natal, desde el extranjero, donde había adquirido una sólida formación en estética, en cinematografía (París) y en diseño (Londres). Y, acto seguido, empezó a trabajar en la sastrería de su padre, convirtiendo el lino —que su abuela sembraba, cultivaba, recogía, hilaba…