A estos fanáticos religiosos hay que mandarlos a la mierda sin contemplaciones, que se vayan a rezar su Ramadán si quieren, pero que respeten la libertad de la gente que quiere estar en bikini o sin él. No cederles ni un centímetro y exigirles que si están en España respeten nuestras leyes y forma de vida y su religión que preconiza la superioridad del hombre sobre la mujer no debe ser tolerada.
Hay que cumplir nuestras leyes y esa de la igualdad es fundamental.
A la mierda con su pancarta y su Ramadán los que pretendan imponernos sus costumbres. Por ejemplo, si entran a un comercio y desprecian a la dependienta y van a que los atienda un hombre, si le corresponde hacerlo a una mujer hay que decirles que no, que o pide lo que quiere comprar a la mujer o a tomar por culo. Y no ceder en actos protocolarios quitando vinos del menú ni ponerse pañuelos las occidentales cuando van a sus países.
El mismo respeto a nuestra libertad que a su religión.