Alegato final de Tamames contra Sánchez: “Un candidato dice: el caos o yo. Y la respuesta unánime del pueblo es: mejor el caos”

Merece la pena recuperar en su integridad el alegato final que culminó la moción de censura de Ramón Tamames, candidato de VOX a la Presidencia del Gobierno, el pasado miércoles 22 de marzo. Tamames, improvisando, sin leer papel alguno, como había hecho previamente Pedro Sánchez, acusó al presidente del Gobierno de intentar ponernos en una falsa ucronía (“¿Qué habría sido si no estuviera aquí el Gobierno salvador?”, preguntó con sorna), y le dijo textualmente a la cara que estaba enfermo del síndrome de la Moncloa y que podría ocurrir que “cuando un candidato dice: el caos o yo”, la respuesta unánime del pueblo sea: “Mejor el caos”.

He aquí la intervención final íntegra de Ramón Tamames en las postrimerías de la sesión parlamentaria del 22 de marzo.

Dije antes que no pensaba intervenir más, pero la introducción de la última presentación por parte del presidente del Gobierno haciendo una síntesis de sus ideas, creo que me obliga a plantear también algunas cuestiones.

Primero de todo, creo que deberíamos volver a aquella idea de quién da los títulos de derechas y de izquierdas, de quién da los títulos de fascistas o demócratas. Un Gobierno no tiene por qué dar títulos, tiene que criticar los problemas, la falta de planteamientos de cuestiones importantes o de propuestas, y yo creo que ahí el presidente del Gobierno tiene una cierta tendencia a la ucronía. ¿Qué habría sido si no estuviera aquí el Gobierno salvador? Se puede inventar una especie de apocalipsis propia para ilustrar el caso, pero eso es parte del síndrome de la Moncloa también y nos lleva a aquella situación extrema de cuando un candidato dice: el caos o yo. Y la respuesta unánime del pueblo es: mejor el caos (Aplausos).

Yo, sinceramente, creo que hay que disminuir un poco la dosis de personalismo y la capacidad de calificar a los demás según uno desea. Estamos ya un poco aburridos en España de toda esta vuelta a la terminología del año 1936, de fascistas, antifascistas, etcétera. Aquello fue el preludio de cosas muy malas, ojalá que esto no sea el preludio de cosa parecida.

No vamos a hacer una ucronía. Por lo tanto, yo diría que lo que hay que plantearse es la crítica de los temas que se plantean. Es decir, aquí se ha dicho que no he presentado programa de gobierno. Lo digo en alguna parte del escrito que ustedes tienen a través del mensajero electrónico. Lo digo, francamente, hay temas claros y específicos que se complementan en ese escrito, aparte de lo que aquí, por razones de tiempo y de espacio, no se ha comentado.

Hay la propuesta de un fiscal especial que dependa solamente del Congreso de los Diputados, el mismo que está actuando en Estados Unidos con el presidente Biden. Hay la propuesta, aunque les parezca a algunos pintoresca, de un cuerpo de voluntarios ecológicos, para que las juventudes urbanitas se enteren de dónde está el campo y qué es el campo y hagan trabajos específicos de protección de bosques y de aguas (Aplausos).

Hay que plantearse —en el escrito está, no lo mencioné expresamente— la universidad Machado-Neruda, un planteamiento de un nuevo centro iberoamericano en ambas orillas para el mejor desarrollo de la lengua española, que mencioné anteriormente. Un plan agrario; incluso le di una cabeza a ese posible plan agrario, Jaime Lamo de Espinosa, que fue quien desarrolló precisamente el mejor programa agrario que ha tenido España nunca. Quizá el de Jovellanos habría sido mejor, pero no tuvo tiempo de cumplirlo ni cosa parecida, un plan agrario como el de los Pactos de la Moncloa.

También hay que plantearse, y se plantea, la ampliación del riego, en una época de calentamiento global, que a ustedes tanto les gusta mencionarlo, una y otra vez, precisamente cuando el Ministerio de Transición Ecológica ha decretado que no hay ni una hectárea más de regadío en España, y cuando hay agua disponible, según se expuso ayer claramente.

Como también el tema de la reforestación, los sumideros de carbono, que se decía en el escrito y también en la conferencia de prensa previa, dos millones de hectáreas, que serían la mejor aportación al plan europeo de lucha contra el cambio climático.

Todo eso está ahí, como está también el planteamiento de un acercamiento a las grandes empresas. ¿Dónde hay una estrategia de grandes empresas? Ya que tanto se habla del IBEX 35, ¿por qué no se organiza un hub de industrias españolas verdaderamente potente en torno a eso, en vez de criticarlo, como si fuera la conjura maliciosa del capitalismo español? (Aplausos).

Además, hay que plantearse toda una política económica, como se propone en uno de los tres puntos en que finaliza la moción de censura, es decir, en primer lugar, un programa económico; en segundo lugar, una ley electoral para quitar sobrepeso a los votos nacionalistas, y, finalmente, un ataque conjunto en profundidad a la corrupción.

Ha habido programa, me he tomado en serio el tema, señor presidente del Gobierno, y usted lo sabe, porque tendrá idea de la cantidad de previsiones y redacciones sucesivas que tengo. Pienso ordenarlas en estos días, me parece que llegarán a veinticinco o treinta y el trabajo ha sido bastante amplio. Está mal que yo lo diga, pero es así.

Me he tomado muy en serio esta proposición de moción de censura. Lo he meditado muchos días, y, a pesar de las enunciaciones de ustedes de que entraba en la caverna de la derecha, me encuentro bastante a gusto, quiero decir que he estado absolutamente libre para hacer y decir lo que yo pensaba más oportuno y más racional. Los proponentes de VOX, repito, han tenido una valentía que no ha tenido ningún grupo parlamentario anterior de invitarme a presidir o a encabezar esta propuesta (Aplausos).

Me recuerda cuando los militares invitaron al economista brasileño Celso Furtado a hablar cuando la dictadura militar, y lo primero que dijo es que iba al Parlamento de Brasilia porque le llamaban para explicar al país, sin necesidad de pasar obligatoriamente por las predicciones y las cautelas militares. Le criticaron todo eso y, sin embargo, dio la idea de que había un Brasil futuro para desarrollar, haciendo una labor y una contribución extraordinaria.

Mínimamente podría quedar más que compensado pensando que esta moción de censura, lo dije antes, ha convocado a millones de españoles a la conciencia política, a la preocupación por problemas, al conocimiento de dificultades que tenemos todos y que tenemos que resolver. Así que yo me voy muy satisfecho en ese sentido, no lo puedo negar, y también agradecido a todos porque creo que esta es mi última intervención —espero—, así que les doy las gracias por acogerme en esta casa con una amistad al final que aprecio mucho. Gracias. (Aplausos de las señoras y los señores diputados del Grupo Parlamentario VOX, puestos en pie).

 

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