Campaña (9): las izquierdas, la levedad que nace del desconcierto

¿De qué se ríe, de qué se ríe el expresidente?

Sostienen las malvadas redes sociales que Zapatero quedó ayer atrapado en alguna conjunción cósmica o que quizá descubrió que ya no podía guardar más los brotes verdes, que se estropea. En consecuencia, parece que el grano de arena que es este planeta es original en el “todo” y en el “universo” (cosas distintas pues el primero es filosófico y el segundo astronómico).

Y, como comprenderán, hay un punto esencial en el “todo” que es el progresismo hispano (bueno, también está el de Delcy), único que puede resistir en el planeta y, por tanto, en el “todo”, a la derecha negacionista que nos amenaza, junto a hordas fascistas que ya asedian los Pirineos.

Las izquierdas son, tiene razón Zapatero, el “todo”. De hecho, uno de los reproches de esta campaña es precisamente la ocupación de espacios sociales y políticos y el dirigismo social escondido tras la ingente producción legislativa.

Incluso, cuando alguien trae una idea nueva, la herencia universal, por ejemplo, estés o no de acuerdo, te ponen un comisario político para que te diga cómo debe ser administrado.

Las izquierdas, especialmente el PSOE padecen la levedad que nace del desconcierto en esta campaña. No podían imaginar que el cabreo social era tan amplio, a pesar de que las municipales fueron un notable aviso.

Es pronto para conocer el fondo de este enfado inaudito, con pocos precedentes en la historia democrática española. Hasta Tezanos ha evaluado en el 61% el grado de desconfianza en Pedro Sánchez.

Las razones pueden ser muchas, desde sus alianzas con el populismo de izquierda a los asuntos nacionalistas, desde los indultos al “Sí es Sí”. Quizá a que se ha exagerado la materia económica o que las medidas económicas anunciadas no han sido bien gestionadas o no se han diseminado socialmente.

De tal modo que el principal activo de campaña ha pasado desaparecido en el galope al que Feijóo sometió a Sanchez, pero también porque ésta ha sido una campaña de ideas escasas.

Las izquierdas, y esto ha dañado al PSOE, han ido cambiando el modelo económico y político del estado del bienestar a un estado asistencial dirigista (de lo contributivo al bono de concesión graciosa), sin explicaciones detalladas.

Un proceso que ha molestado a las clases medias, a los jóvenes sin formación y al sector primario castigado por las transiciones ecológicas y la corrección política, abruptamente adoptadas.

Nótese que de los mil y pico concejales de VOX apenas un tercio están en capitales de provincia: Han sido los sectores sociales citados los que han blanqueado a VOX en las zonas rurales y al PP en las urbanas. Cosa que ya advertimos en el Ayusazo, las andaluzas e incluso en las Castellano leonesas.

El nuevo argumentario no ha sido construido y los socialistas se han enfrentado a las elecciones con más Sánchez que progreso y más radicalidad que socialdemocracia.

La radicalización de los electores socialistas es otro dato que debiera haber preocupado al PSOE. Siendo 1 la extrema Izquierda, los votantes socialistas se sitúan mayoritariamente entre el 1 y el cuatro, lo que deja al centro, incluida la llamada clase media trabajadora por Sánchez citada, en manos de la derecha y a las demás izquierdas compitiendo entre ellas.

Por otro lado, en estrategia de campaña algo discutible, el PSOE ha anunciado ya a su socio de Gobierno. Sólo una vez se hizo tal cosa, con Francisco Frutos y Almunia como portavoces castigados por sus electorados. Anunciar la coalición es una pantalla contra las corrientes de voto útil, parcialmente, pero también cierra electorados potenciales a la derecha.

Hay que decir que Sumar es más izquierda chanel que Izquierda caníbal. Pato que ha pagado Podemos. Sumar ha hecho, también, una campaña leve, afectada la formación, probablemente, por su déficit de estructura local. Al parecer, no es suficiente que CCOO haya puesto a sus responsables comarcales a apoyar a la causa.

Debe decirse que Sumar muestra con más naturalidad que los socialistas el programa de sociedad asistencial y dirigista que el PSOE, proponiendo cosas y causas notablemente discutibles o imposibles de practicar, el trocear empresas por ejemplo, troceo que supone, por cierto, reducir los impuestos que se dice se desea aumentar.

Las izquierdas divina y Chanel tienen, haciendo media de las encuestas, un tercio de probabilidad de ganar las elecciones.

Quizá la levedad que nace del desconcierto podría haberse resuelto con algo de tiempo y la reconstrucción del argumentario. Quedan tres días para saber, camaradas, si se llega tarde.

 

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