El referéndum de autodeterminación

Pedro Sánchez besa apasionadamente a Puigdemont en un grafiti en Barcelona

Aprobada la ley de amnistía, aunque todavía dará vueltas durante unos meses por los vericuetos legales, según Pedro Sánchez, su propulsor, “España será más fuerte” que antes, sin explicar de dónde sale esa fortaleza sobrevenida con más delincuentes en la calle.

El argumento, en el fondo, viene a decir que la ley es un punto final al proceso separatista catalán y que ahora todos los españoles, del signo que fuere, están reconciliados y que no habrá ya más aventuras secesionistas.

La verdad es que ese famoso punto final ha ido variando de semana en semana, según los dictados de Puigdemont y demás fauna soberanista. Al principio no iba a haber indultos a los condenados por el 1-O, y después, para rematar el asunto, se concedió indultos a todos los de la trama. Luego se dijo que no habría amnistía y se acabó transigiendo sin abarcar los delitos de terrorismo. Finalmente se claudicó para beneficiar a todos los del tsunami democrático y se amplió el período de la amnistía para no excluir a ningún imputado.

Podríamos seguir citando puntos finales del proceso independentista que no han sido sino punto y seguido, a medida que avanzaban las exigencias de aquellos de cuyos votos dependía el Presidente de Gobierno. Y, ahora, esto que considera Sánchez el final del camino es para los separatistas de uno y otro signo el comienzo de una nueva andadura hacia el referéndum de autodeterminación que acabará en la independencia.

No importa en absoluto que Pedro Sánchez haya dicho que eso es inconstitucional y que no habrá el dichoso referéndum. Como hemos visto también negó una a una las sucesivas concesiones a los autores del famoso proceso y luego ha ido desdiciéndose en su subordinación a los secesionistas. Así que si los independentistas han dicho que ésta es la legislatura de la autodeterminación lo será.

Para ello, y como siempre, el secretario general del PSOE se sacará de la manga algún juego de palabras que cuele el referéndum dentro del marco legal. Será, por ejemplo, una consulta en Cataluña sobre el Estatuto de Autonomía, preguntando si se está de acuerdo con él o si se quieren más competencias. Como si no se tuvieran prácticamente todas. Una respuesta contraria al actual Estatuto sería a efectos prácticos como una petición de independencia, por lo que no se dude que, de una forma u otra, habrá referéndum de autodeterminación esta misma legislatura.

 

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