¿Qué pensar de alguien que, con más años que el canalillo de Isabel II, nunca se afilió a la Asociación de la Prensa de Madrid y que lo acaba de hacer ahora con el fin de presentarse a las elecciones para dirigir a los periodistas madrileños? ¿No diría alguien, acaso con razón, que la cosa pinta fea; es decir, que huele mal?
Para las elecciones para renovar la junta directiva de la APM del próximo 19 de noviembre se han presentado dos candidaturas: la repetidora de Carmen del Riego -con algunas incorporaciones- y la opositora de Victoria Prego. Analizando ambas candidaturas se pueden decir muchas cosas sobre sus componentes: a unos les gustarán más unos nombres; a otros, otros, pero en todo caso serían análisis subjetivos.
Ahora bien, lo que es absolutamente objetivo es que en la candidatura de Victoria Prego prima la gente de El Mundo y se ha incluido a un señor que acaba de hacerse socio de la APM: el exdirector del citado periódico y conocido conspiranoico de pro Casimiro García-Abadillo, que se dio de alta en la APM hace dos meses, en septiembre de 2015, lo justito justito para presentarse como vocal porque, con tanta antigüedad en la asociación (es coña, evidentemente), los estatutos no le permiten presentarse a cargos directivos. ¿De verdad que no huele un poco?
Este tipo de jugadas nada limpias no le gustan a este Duende.