La portavoz de Justicia del GPP, María Jesús Moro, ha instado a la aún ministra de Justicia, Dolores Delgado, a dimitir ante el desprestigio y grave deterioro que han generado “sus reiteradas mentiras”. En su intervención con motivo del debate de la Moción del PP en el Pleno, la dirigente popular ha subrayado que ni en la trayectoria profesional como fiscal ni en sus breves meses como ministra “ha existido ejemplaridad” alguna en Dolores Delgado.
“Después de diversas peticiones, todas ellas muy fundadas en hechos probados, contrastados y admitidos por la propia ministra”, señaló Moro, “hemos llegado al 9 de octubre sin que exista más que traslado de culpas a sus responsables de prensa”.
“Esta moción se sustenta, pues, en la reclamación de responsabilidades políticas a una servidora pública por partida doble: por muy reprobables hechos conocidos, y no desmentidos, sobre su carrera profesional como fiscal, y por aquellos que tienen lugar en el ejercicio de su cargo y función política en los últimos tres meses, en particular desde que decidió abandonar a su suerte al magistrado Llarena y no defender de inmediato la inmunidad jurisdiccional española ante los tribunales belgas”, explicó.
“La todavía y reprobada ministra Delgado abandonó las prioridades que debía asumir como responsable de Justicia, ignoró que su posición institucional ha de dejar de lado su ideología e intereses personales, también cuando ejercía como fiscal, y que el Ministerio no podía pasar a convertirse en sucursal de Fundación FIBGAR [la Fundación de su íntimo amigo, Baltasar Garzón] ni despacho profesional alguno”, recordó.
“Ignoró que las amistades se dejan en la puerta y que no pueden marcar las líneas de trabajo ni los objetivos de un Ministerio”, añadió Moro , para precisar que “muchas de las acciones y omisiones de la ministra Delgado, por sí solas, son suficientemente graves para pedir su dimisión, y así lo ha hecho mi Grupo Parlamentario y el presidente de mi partido”.
“El conjunto de lo actuado y omitido en tres meses de desempeño del cargo y sus penosos antecedentes no creemos que tengan parangón en la historia democrática, por más que se produzca esa unión perversa de amistades entre quien tuviera que dimitir como ministro de Justicia en 2009 y su participación en cacerías, comidas y cenas que la colocaban bajo sospecha y, hoy sabemos, que en escenarios poco edificantes”, dijo Moro.
Grabaciones, palabras y hechos infames
“No me digan luego que hablamos de grabaciones antes de ser ministra, obtenidas quizá de forma reprochable y conocidas por obra de no sabemos qué, porque, en todo caso, las grabaciones existen y nos muestran reuniones admitidas por la interesada, y conversaciones, insultos, insidias, asentimientos que allí acaecieron y que pueden recibir calificaciones varias, todas ellas ajenas a la ejemplaridad que es propia a un servidor público, más si se le confía el encargo de la Justicia”, precisó Moro.
“La ministra en la interpelación ya hizo bastante para defender lo indefendible, utilizar la técnica de un ataque es la mejor defensa y, para ello, volvió a mentir, y es público y notorio que ha mentido reiteradamente”. “La cadena de mentiras llega hasta la propia interpelación que, por tanto, conduce a esta Moción”, indicó Moro, “y cuando se miente es porque se oculta y se teme que se conozca la verdad”.
“Los españoles y la Justicia española no pueden despertarse cada día con el temor de qué escándalo protagoniza su ministra”, dijo Moro, porque “quien tiene que velar por la buena salud de ese pilar de nuestro Estado de Derecho, que es la Justicia, no puede estar bajo la lupa de sus relaciones con las cloacas”.
‘Despreciada’ en la carrera judicial
“Hoy jueces y fiscales no la consideran ya interlocutora”, puso de manifiesto Moro, “antiguos compañeros han pedido la rectificación de sus palabras porque tan malo es atribuir delitos si no son ciertos, como no denunciarlos si tenía la certeza”, remarcando que “la transparencia, la ejemplaridad y el feminismo no es cuestión de palabras huecas”, sino “cuestión de hechos”.
“No es posible que la ministra Delgado esté un minuto más al frente del departamento de Justicia, pues las explicaciones públicas no sólo son insuficientes, son contradictorias, suponen la confirmación de que los encuentros de las grabaciones se han producido, incluso otros con el comisario Villarejo reconocidos en comunicado insólito del Ministerio de 24 de septiembre y de contenido hoy ignorado”.