Rubia y de prietas formas, sensual y siempre a la moda aunque la moda le cueste el riego sanguíneo. El problema es desembarazarse de las prendas cuando están tan ajustadas que los músculos y la propia piel hacen succión. Pero, ¡Eureka!, todo es fácilmente solucionable: hasta lo más estrecho cede ante la presión de la pasión, y para ello sólo se necesita la bestia que todos llevamos dentro.
Lo malo es cuando todo finaliza, pero sin haber empezado.
La bella sale triunfante y libre, y la bestia a sus trabajos de amanuense.