La operación policial contra la mafia de Gao Ping estuvo a punto de crear un conflicto con China

Un guardia civil cuenta el dinero incautado en una operación anticorrupción. Foto: Guardia Civil.

Un guardia civil cuenta el dinero incautado en una operación anticorrupción. Foto: Guardia Civil.

La documentación incautada en la Operación Emperador contra la mafia china que operaba en España revela que hasta el consejero delegado de Banca Privada de Andorra (BPA), Joan Pau Miquel Prats, habría recibido maletines con dinero procedentes de la organización que dirigía el supuesto capo Gao Ping. Lo que no se sabía es que el Ministerio de Seguridad Pública de China presionó a España en octubre de 2012 por la detención de Gao Ping, ya que era un influyente miembro de la Conferencia Consultiva de Zhejiang. Su detención estuvo a punto de originar graves consecuencias diplomáticas con Pekín, según los documentos a los que ha tenido acceso Elsatiricon.com.

El 16 de octubre de 2012, la Policía española desarticulaba una supuesta red mafiosa china que operaba en España y detenía a su máximo responsable: Gao Ping. Se iniciaba así la llamada Operación Emperador, el desmantelamiento de una red para la evasión de capitales al más alto nivel. Pues bien, según ha podido saber Elsatiricón.com, el 26 de octubre de 2012 -sólo diez días después de iniciarse esa Operación policial en Madrid-, el Departamento de Cooperación Internacional del Ministerio de Seguridad Pública de China remitió un fax a la Consejería de Interior de la embajada española en Pekín en el que mostraba su gran malestar por las detenciones.

El entonces embajador de España en Pekín, Eugenio Bregolat, remitió al Ministerio de Asuntos Exteriores dos correos diplomáticos -enviados el 31 de octubre y el 2 de noviembre de 2012-, con la traducción de ese fax de las autoridades chinas, pero incluyendo una valoración personal del mismo. Bregolat, que anteriormente fue embajador español en Andorra, daba cuenta de la fuerte reacción china a la detención del supuesto jefe mafioso Gao Ping, tanto a nivel oficial como a nivel de medios de comunicación chinos, y pedía al ministro José Manuel García-Margallo gestos para calmar los ánimos de las autoridades chinas, dado que ese país era importantísimo para el desarrollo económico español.

Intentos de injerencia chinos en las investigaciones españolas

En el primero de los dos correos, fechado el 31 de octubre, el entonces embajador Bregolat informaba al Gabinete de García-Margallo de que el Ministerio de Seguridad Pública chino había pedido a la Consejería de Interior de la embajada española información sobre la Operación Emperador, pero subrayando el interés de las autoridades de Pekín por estrechar la cooperación con España en la lucha contra la delincuencia internacional organizada.

Todo parecía normal en ese primer fax, pero Bregolat añadía la siguiente nota aclaratoria: «La comunicación del Ministerio de la Seguridad Pública termina rogando que la Policía española ´salvaguarde de manera efectiva los derechos e intereses legítimos de los ciudadanos chinos involucrados en el caso´. En el contexto, quizá no es inverosímil interpretar ese ruego como la expresión de una velada sospecha», escribía Bregolat al ministro García-Margallo.

La nota del embajador añadía que hasta ese momento los medios de comunicación chinos estaban siendo cautos ante las posibles ramificaciones de la trama de Gao Ping que operaba en España, e informaba al Gobierno de Rajoy que esos medios estaban «tratando de evitar cualquier noticia desestabilizadora, dado el poco tiempo que falta para que comience el XVIII Congreso del PCCh[Partido Comunista chino]». La razón de esa cautela y de esa «velada sospecha» contra España provenía del hecho de que Gao Ping era miembro de la Conferencia Consultiva de Zhejiang.

Dada la naturaleza del caso y de las personas afectadas, nuestro embajador comunicaba a Exteriores que la evolución del caso en China «es imprevisible» y que «parece de especial importancia articular una respuesta adecuada a la solicitud del Ministerio de Seguridad Pública» de ese país. Se trataba, en definitiva, de tener el máximo cuidado con las investigaciones sobre la trama de Gao Ping, porque podría afectar a nuestros intereses en el gigante asiático.

Bregolat sugería como respuesta a las sutiles presiones chinas una declaración del ministro de Exteriores español «u otra autoridad a nivel no inferior al ministerial a medios de comunicación dejando claro que la comunidad china en su conjunto tiene en España una merecida reputación de gente honrada y trabajadora, y que responsabilidad por presuntos hechos delictivos corresponde sólo a quienes los hayan cometido».

La prensa oficial china ataca a España

En esos correos diplomáticos a los que Elsatiricon.com ha tenido acceso, Bregolat repasaba la posición de la prensa oficial china y señalaba que «hay que tener en cuenta que el turismo chino es extremadamente sensible a los problemas de seguridad, por lo que si se produjera un incidente violento contra ciudadanos chinos sin duda causaría un perjuicio potencialmente grave a nuestro sector turístico, entre otros efectos negativos» (sic); es decir, que la forma en que los medios chinos comentaban la Operación española contra Gao Ping debía analizarse con gran preocupación por el Gobierno español, «ya que no es imposible que pudieran llegar a tener una incidencia muy negativa en la relación bilateral».

Bregolat documentaba esa afirmación con un ejemplo elocuente: un artículo publicado el 31 de octubre en el Global Times -con una tirada de 1,5 millones de ejemplares-, en el que el diario chino informaba de un supuesto incidente ocurrido en España en una tienda de comestibles regentada por un chino, dando a entender -«y es lo preocupante», escribía Bregolat-, que incidentes tan desagradables como ése contra los chinos no eran algo excepcional en España, asegurando que la situación de la comunidad china en España era «muy mala».

Queja oficial por el tratamiento de la Operación Emperador

Pocos días después de ese primer correo, Bregolat informaba al gobierno que el director general de Europa del Ministerio de Asuntos Exteriores chino, Liu Haixing, en un encuentro bilateral, le dejó patente su preocupación por el asunto de Gao Ping. Según el correo, Liu Haixing le dijo que las acciones policiales contra la supuesta mafia china en España no debían perjudicar la «trayectoria y prestigio de la comunidad china que con sus negocios legales también contribuyen al desarrollo económico nuestro país, por lo que el Gobierno [español] debe tomar medidas para proteger sus derechos e intereses legítimos».

En ese encuentro bilateral con el embajador español, Liu Haixing se quejó del tratamiento del asunto en la prensa española, insinuando a Bregolat que debían controlarla, porque «no pueden exagerar tanto y hay que prevenir consecuencias negativas para las relaciones bilaterales» (sic).

La Operación Gao Ping: un duro golpe a la mafia china en España

La Operación Emperador contra el supuesto capo chino Gao Ping, que sigue abierta con ramificaciones incluso en Andorra, se inició a mediados de octubre de 2012, momento en el que se desarrolló un operativo en el que participaron la Unidad contra la Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), la Unidad contra la Delincuencia Especializada y Violenta (UDEV), la Oficina Central Nacional de INTERPOL España y la Unidad Contra las Redes de Inmigración Ilegal y Falsedades documentales(UCRIF), de la Comisaría General de Extranjería y Fronteras, entre otras.

Esa Operación culminó en días sucesivos con la detención de más de 69 personas, así como del supuesto líder de la red, Gao Ping, que habría evadido de España unos 600 millones de euros. La inquietud en China evidente, dadas las notas diplomáticas remitidas por el entonces embajador español en Pekín. Luego se supo que Gao Ping, con 45 años entonces, se había afincado en España en 1989 y que se había presentado como un importante empresario que quería convertirse en «puente» entre España y China con negocios relacionados con el arte. En 2007 creó la Fundación de Arte y Cultura (IAC), que, según su propia página web, nació como plataforma cultural para promover el intercambio y desarrollo de arte entre España y China. Luego inauguró la Galería Gao Magee, vecina del Museo Reina Sofía en Madrid, para promocionar jóvenes talentos chinos.

Filtraciones y muchos detalles

Los negocios de Gao Ping -nacido en Hang Zhou, capital de la provincia de Zhejiang, y tercera generación de una familia de empresarios chinos establecidos en los sesenta en Sevilla-, no se acababan en el arte, sino que también era propietario de varias naves en el Polígono Industrial de Cobo Calleja, en Fuenlabrada (Madrid), epicentro de la Operación policial en la que fue detenido el 16 de octubre de 2012.

Las filtraciones policiales se iniciaron inmediatamente y la prensa española reveló numerosos detalles de este supuesto jefe mafioso (lo que dio lugar a la queja de las autoridades chinas y la velada petición de que se controlase a la prensa española): El País informó que Gao Ping controlaba sicarios y decenas de empresas para blanquear y mantenía una trama en Italia y en China. El Mundo señalaba que la mafia sobornó a un funcionario español en Pekín para falsear visados, además de forzar cientos de matrimonios de conveniencia para lograr permisos de residencia. ABC ampliaba el movimiento del dinero de la mafia china a Hungría y Suiza, y El Economista publicaba que la red de blanqueo explotaba a chinos «de forma cruel».

Ante esos hechos, el 19 de octubre del 2012 el Juez de la Audiencia Nacional Fernando Andreu decretó el ingreso en prisión de los detenidos, mientras se ampliaba la lista de supuestos implicados en esta trama, como el actor porno Ignacio Jordá González, más conocido como Nacho Vidal –que en 2015 fue participante polémico en Supervivientes-, que tuvo que declarar ante el juez; su hermana, María José Jordá González, que también trabajaba en su productora, o el concejal de Seguridad de Fuenlabrada (Madrid), José Borrás (PSOE), que fue detenido por una supuesta concesión de licencias irregulares a los responsables de la trama.

La Operación sigue abierta y sus ramificaciones han llegado hasta Andorra: hace escasas fechas, a través de la documentación incautada en la Operación Emperador se ha sabido que hasta el consejero delegado de Banca Privada de Andorra (BPA), Joan Pau Miquel Prats, habría recibido maletines con dinero procedentes de la organización que dirigía Gao Ping.

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