Franciscus ataca de nuevo después de unos años vagando por el desierto de las letras perdidas. Y lo hace con su habitual maestría entre los bits de El Satiricón y al ritmo del Allegro con fuoco de la Sinfonía número 9 de Dvorak, la del Nuevo Mundo, que le da la bienvenida entre tímpanos o timbales, violines y trompetas, aire y percusión en orgiástico estruendo.
Si una imagen vale más que 1.000 palabras, una imagen y un sonido lo son todo… El Satiricón crece y lo hace desde el Nuevo Mundo con Petronio reconvertido en Franciscus… ¡La que nos espera!
He aquí una muestra de su actuación: