La falta de política para residuos energéticos de baja o media actividad nos está costando muy cara a todo los españoles. Dado que no somos capaces de encontrar un cementerio de residuos nucleares adecuado, mantener el actual viejo almacenamiento de El Cabril nos ha costado a todos los españoles entre 2012 y 2016 la friolera de 142,96 millones de euros, a los que habrá que sumar otros 26 millones para completar la Celda 30.
Actualmente sólo la Celda 30 de El Cabril se encuentra en explotación, pero eso gracias a costosísimas obras de acondicionamiento, en las que se han gastado hasta ahora 5 millones de euros y cuyo coste total hasta 2040 subirá a otros 21 millones más. Y eso sólo para operaciones de almacenamiento de residuos radiactivos de muy baja actividad (RBBA). Así consta en un documento del Gobierno remitido al Congreso de los Diputados al que ha tenido acceso Extraconfidencial.com.
El documento en cuestión se elaboró para contestar a los diputados socialistas Antonio Hurtado y María Jesús Serrano, que se habían interesado por el estado de funcionamiento del almacén de El Cabril, el estado de las instalaciones, las obras que se estaban llevando a cabo, el coste de las mismas y la capacidad de almacenamiento que podría brindar ahora y para el futuro.
Como se sabe, El Cabril es el único almacén de residuos radiactivos de muy baja, baja y media actividad de España y se encuentra situado en una finca de la Sierra Albarrana, en el municipio de Hornachuelos, en Córdoba. No admite residuos de alta actividad, que son los que han rebasado ya las piscinas de la centrales nucleares españolas, y además es tan antiguo que diversos grupos ecologistas vienen dudando desde hace mucho tiempo sobre posibles filtraciones a aguas subterráneas.
En realidad, los primeros residuos radiactivos fueron introducidos de forma clandestina en 1961 en una mina de uranio en desuso. Hasta 1975 no recibió la primera supuesta autorización oficial, siendo inauguradas las actuales instalaciones en 1992, cumpliendo ya con todos los requisitos legales. En noviembre de 2009 se encontraba al 61,57 por ciento de su capacidad.
Nueva política a base de talonario
Según estimaciones de 2004, El Cabril se encontrará lleno cerca del año 2030. Pero aquí es donde interviene la nueva política del gobierno de Mariano Rajoy, que, a base de talonario y según el documento al que tenido acceso Extraconfidencial.com, desde 2012 ha efectuado inversiones en El Cabril por los siguientes valores: 29,36 millones de euros en 2012; 31,02 millones en 2013; 30,86 millones en 2014; 32,08 en 2015, y 19,64 hasta noviembre de 2016.
A esas cantidades hay que sumar otros 26 millones hasta 2040 para completar la inversión en la Celda 30, la que actualmente se encuentra en explotación, pero sólo para almacenamiento de residuos radiactivos de muy baja actividad (RBBA). Esta Celda tiene una capacidad estimada de almacenamiento de 50.000 m3, según el documento, y se estima que se podrá utilizar durante un periodo de 18 años.
Según esa documentación, la inversión que ha supuesto la construcción de esta celda ha sido de 5 millones de euros hasta el momento y se estima que hasta el año 2040 -es decir, se ha conseguido ganar 10 años más de tiempo, aunque a costa de muchos millones de euros- El Cabril admitirá residuos nucleares, siendo la capacidad total de las celdas de residuos radiactivos de muy baja actividad de 130.000 m3 en total. En definitiva, que el valor de ésta instalación para residuos radiactivos de muy baja actividad, una vez concluida la construcción de la totalidad de las celdas, es de 26 millones de euros, según las previsiones gubernamentales.
Un capítulo sumamente interesante del documento es el relativo a los ingresos anuales por la explotación de El Cabril. Dice al respecto: “Cabe indicar que no existen ingresos asociados directamente con el almacenamiento. Existe un sistema de financiación vía tasas de la gestión integral de los residuos, en la que se incluye el almacenamiento, pero no existe un desglose por los conceptos integrados en el total de dicha gestión”. Es decir, que lo pagamos entre todos.