Necesidad o necedad

En el rico acervo de la lengua castellana nos topamos con el dicho de «la necesidad hace maestros». Depende, claro. Pongamos el caso del todavía Molt Honorable Artur Mas i Gabarró, presidente secesionista en funciones de la Generalitat de Catalunya. Desde su coalición de Junts pel Sí, ese tótum revolutum, anda el bueno de Artur pide el voto de la CUP, la fuerza izquierdista y autoposicionada como antisistema, para ser reelegido como presidente. Sus llamadas a la coyunda electoral suenan a berrea de ciervos allá en las fragosidades del monte bajo, entre quejigos, jaras y retamas. Pesadito él, para qué nos vamos a engañar. «I need you, baby», te necesito, nen@… «Votadme, amigos de la CUP -dice- y luego me podréis criticar desde los escaños de la oposición».

Lo dicho, necesidad en estado puro… Claro que también es una necedad bifronte. ¿Cuál sería la continuación del regalo de la CUP? ¿Con qué mayoría contarían Mas y sus mariachis para sacar adelante sus leyes? Algo así se ve venir el líder de los socialistas catalanes, el bailón de Miquel Iceta, cuando se nos descuelga mismo con la idea de que podría haber pacto con Mas, siempre y cuando no se toque la cuestión de la independencia… Por pedir, obviamente, que no quede, vuelta y revuelta a la sociovergencia, que fuera de las administraciones se pasa mucha hambre y hace mucho frío.

Por supuesto que Mas e Iceta no son los únicos que bailan en la cuerda floja de la necesidad (y de la necedad, avant la lettre). Pedro Sánchez sigue dejando la lista por Madrid cual bebedero de patos. Nuevo movimiento (ocurrencia, para el también socialista Tomás Gómez) de repescar a Irene Lozano, diputada saliente de UPyD, como número cuatro. En las baronías socialistas, como Extremadura y Andalucía los bramidos de descontento son la banda sonora obligada. Y es que la diputada Lozano, antaño muy políticamente apegada a la marimandona de Rosa Díez, con la que acabó tarifando, les estuvo dando leña dialéctica a los socialistas hasta en el reverso del hoy recuperado logotipo del puño y la rosa. Un malvado pero cartesiano socialista me dice que, dada la fiebre «fichadora» de Sánchez, tras la diputada saliente Lozano, podría ir para llevar a la lista madrileña a Cayetana Álvarez de Toledo e, incluso a Arantza Quiroga, defenestrada del PP vasco. ¿Espectacular, sí o sí?

Volvemos a la necesidad, ¿Hace ésta maestros? Depende o no, que diría Mariano Rajoy, asediado por sus huestes dentro y fuera de La Moncloa. El registrador de la Propiedad excedente, caso de pedírselo el cuerpo, que como que no, no sabría a qué frente acudir primero. De hecho, el cualificado lector del diario Marca (dicen que también lee La Razón, dato que no me consta) no acusa nunca ningún tipo de necesidad acuciante que haberlas, haylas. En su persona se hace carne el vocablo latino «ne-scio», literalmente «no sé», traducido en terminología encuestadora como NS/NC.

Y mientras, en el extrarradio político, bajando a mano izquierda, los restos de IU, los emergentes pero menos Podemitas del Séptimo Día, las agrupaciones de Juntos, ya veremos si Revueltos en Común y las Mareas Galaicas, hablando del sexo de la izquierda. Y eso que ya tocan poder local y autonómico, es decir, ya han subido un peldaño para moverse con una cierta soltura y, no seamos ingenuos, para colocar a algunos de los suyos, que hay mucho paro. Vamos que se empiezan a mover por necesidad entre la caspa y la casta

Oiga, Franciscus, ¿y qué dice usted de Ciudadanos? Yo nada, pero pregúntenles a banqueros y empresarios de Ibex. Para ellos Albert(o) Rivera se contempla ya como una buena inversión. Y para el capital esa sí que es una buena necesidad…

 

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