De súbito, descubrieron la verdad. No es suficiente con que Pedro escuche y vea; no es suficiente presionar al Supremo; no alcanza con abrir un inexistente debate sobre el periodismo. No, lamentablemente, no es Pedro quien determina la inocencia de nadie, eso es cosa de jueces, así me lo aprendí yo y así funciona el sistema llamado democracia. Se empieza inventando el lawfare y se acaban cometiendo tropelías contra ciudadanos.
La decepción está siendo tan grande que mucha gente está perdiendo el decoro. Esta mañana ojeaba, en lo que será mi última vez, a la señora Intxaurrondo, hasta que oí lo que nunca creí que oiría: un alegato en defensa de Cerdán. Ni el Gobierno ha llegado a tanto: No, Intxaurrondo ni siquiera estaba decepcionada. En un patético ejercicio, que es de todo menos periodístico, vergüenza para cualquier profesional, sostiene que la UCO no habla de mordidas sino de comisiones “que son legales” como todo el mundo sabe, si están en un contrato. Uno de sus compañeros, un tal Ruiz, sostiene que si tiene una empresa, es normal que tenga tarjeta de crédito de empresa.
Vamos a ver, grandísimos blanqueadores, propagandistas, hooligans de las mil causas: la obra que generó las comisiones fue venalmente concedida, el señor de la empresa ocultó su participación en la empresa, la empresa era una pantalla de blanqueo. ¿Por qué no os despiden? ¿Quién ha perdido el oremus en esa casa?
Vuelvo a casa de comprar el pan. Me entero de que el fiscal general ha sido condenado. Un poquito, ya dije que nunca le pondrían los siete años. Suficiente para ser inhabilitado. Inmediatamente en lo de Ruiz, propagandista primero de la mañana, populista de pro, asalariado con sueldo obrero, naturalmente, con pluriempleo, periodistas, tertulianos y llamados jueces que no ejercen y periodistas que inventan DNIs del personal sostienen, en oportuno grito, que en España ha habido “un golpe judicial”, cosa que aparece en grafía de pantalla. Alguien osa decir que el Supremo ha contraprogramado la muerte de Franco.
¡Vamos a ver, me digo, Juan no estás oyendo lo que estas oyendo!: ¿la televisión pública, (TVE para concretar), la que se paga con impuestos y endeudamiento del estado, la que contrata venalmente, a un fascal la hora, a toda esa patulea gritona, ésa, está acusando al Supremo de un golpe a la democracia? ¿Está llamando a la disolución del Supremo? ¿Quién ha perdido el oremus en esa casa?
Pues hay un mandamás sí, que hace méritos para ser despedido cada día. Sí, es culpable de organizar el peloteo programado, el propagandismo más venal que se le recuerda a la televisión española, la dependencia más acusada de un ejecutivo. Absurdo, innecesario e inmoral.
Como absurdo, innecesario e inmoral fue el numerito que montó un fiscal general, cuya soberbia le ha acompañado durante el ejercicio de su mandato. Declarado no idóneo por sus compañeros, por haber sido condenado por abuso de poder, cercado por acusaciones de favoritismo profesional, primer agente del lawfare en España, usando su poder para perseguir venalmente a quien le pidan, sumiso al Gobierno, paradigma de la abolición de la división de poderes, ha sido por mayoría declarado culpable (5 a 2). Dos votos particulares, comodín del Constitucional en marcha, pero a la puñetera calle. (Claro que las mayorías no son legítimas si no apoyan a Pedro, ya se sabe).
El 20 de noviembre de 2025, Pedro Sánchez preguntó: ¿Quién pedirá perdón al fiscal general? Nadie, compañero, que le den y que te den. La lio parda, presionó a fiscales, escribió cartas al dictado… cada vez reveló secreto y, cada vez, lo hizo por razones políticas (esta sentencia no salvará al defraudador, por qué tanta prisa en matarle, para salvar al soldado López? Se siente.
Pero no le den vueltas, los llamados Óscar (López y Puente) afirman que se morderán la lengua, pongan cerca un antídoto. Pero no lo harán los afamados conductores de la ira, la acorazada de la sincronía. Más temprano que tarde, la UCO se desvanecerá y los jueces serán presionados hasta lo intolerable.
Tengan también cuidado los periodistas que no pertenecen a la acorazada. Gente que no creerían ha tratado de reconvertir el juicio en una reivindicación del periodismo de pocos, la verdad debe tener escasas fuentes y ellos, cono los dioses, reparten el fuego y los carnés.
Nunca se sabe todo de la secta organizada en torno a la Moncloa, siempre hay algo que te sorprende: los mismos afamados que compraban en palacio el tique de “no hay nada en los informes”, Cerdán es un tío austero, “Supercerdán”, “Pasearé por una calle en Barcelona que se llamará Cerdán”, los mismos, han pasado por víctimas del juez Arrieta, en insospechado aserto de Soledad Gallego, que se crea a unos periodistas sin pruebas es necesario para la justicia, ellos sí tienen palabra y no usted. Bravo Soledad.
Ahora pregúntense, si quieren, ¿por qué hemos destrozado la carrera fiscal, por qué se ha puesto en serio riesgo al Tribunal Supremo, por qué lo que era una profesión de investigación se ha transformado en propagandista, por qué la verdad es patrimonio de unos pocos elegidos? Ni la pregunta ni la respuesta va del fiscal general: va del modelo de sociedad que uno quiere.
El mismo filósofo al que Sánchez le ha copiado su frase para atacar los chats que no le gustan, (estado fallido) pervirtiendo su significado, Giulano de Empoli, acaba su libro con la siguiente frase: “La ventana de oportunidad que existía hasta ayer para que un sistema de reglas se pusiera en marcha se ha cerrado”.
El PSOE tiene un problema ético, siempre lo tuvo. Pero el problema de Sánchez no es solo la soberbia del impune, es un grado de contaminación populista que no tiene vacuna. Sánchez no tiene mayoría que le legitime, ni plan ético para resolver lo que tiene delante. Pero lo que es más imperdonable: ha llevado a la democracia española hasta más allá de lo que las costuras aguantan. Él lo sabe; le da lo mismo.
La izquierda no populista, debe tomar las riendas, no os moleste compañeros y compañeras que os lo diga, pero cada vez sonáis más a Trump. (Jessica en una delegación diplomática, compañeros y compañeras, vale ¿no?)
No; no habrá perdón para el Supremo. No está en el manual.



