Seamos fuertes. Pedro y Calvin se nos vienen

Gracias, Harris, contigo empieza todo lo que viene. Demos las gracias, también, a quien ha elegido la canción de Calvin Harris para descenso de los cielos de Sánchez: refleja muy bien lo que ha sido el congreso socialista. La canción más famosa de Calvin Harris es Girls (Harris, C. 2007. Girls – canción- en I Created Disco. Columbia Sonic Music.). Solo tiene tres líneas que se repiten interminablemente: “Me gustan las chicas, tengo a todas las chicas”. Muy feminista lo de poseer chicas, cosa que revela los contenidos de un Congreso que ha aprobado una cosa y su contraria.

La canción que ha animado la bajada a la tierra del César, acompañado por Ella y la jefatura del aparato, tiene dos líneas que revelan el cometido del Congreso. Dos versos o tres cansinos que se repiten interminablemente: Empieza diciendo “Miente con dos caras” y remata con “Tú eres lo único en mi camino” (Harris,C. 2016. May Way. Sony Music. Columbia Records). No hay más. Él es lo único que tienen, al parecer la militancia: O César o nada.

El propio Harris se declaró un mentiroso. En su momento, declaró que le había perdido la compañía aérea un ordenador con una canción. El mismo reconoció, después, que no era verdad.

En fin, pueden leer en las letras las profusas ideas de alto contenido político de Harris. Ya he insistido que tanto en la Lengua, la literatura o el discurso político, el subtexto, lo no dicho, es fundamental. Lean el subtexto de la comunicación socialista.

El Congreso del PSOE ha acabado como empezó: con discursos impropios de un evento de reflexión política.

Empezó con la Montero, de los Montero de Hacienda, llamando golpista a la oposición, contribuyó Espadas con un mitin impresentable lleno de ruido, furia, gratitudes inesperadas al pasado andaluz y una elegía al líder, a ver si le salva la cabeza que le piden sus conmilitones. Ha acabado con un mitin de Sánchez.

Poca reflexión congresual y en un ejercicio de resistencia y victimismo se entroniza como política de Gobierno la mentalidad de suma cero de la que aquí ya he hablado: o ellos o nosotros, cualquier diálogo, consenso o encuentro ha desaparecido del lenguaje congresual.

El mitin, como el Congreso, tiene tres elementos fundamentales: el abandono de la socialdemocracia para pasarse al radicalismo populista, la creación de un listado de enemigos y, finalmente, una amenaza a los que han perdido elecciones: seguiréis a Lobato, dice el subtexto, cuando se dice “somos un partido de ganadores” y Espadas y los demás tiemblan.

Ya les anuncié aquí, hablando del Congreso del PSOE, además de una entrada sobre el progresismo sin causa, que la vieja izquierda se desvanecía en populismos de distinta naturaleza: “Hemos olvidado a los obreros” decía el portavoz del partido demócrata y ha repetido el Congreso socialista.

Desde el radicalismo de mercado a la ignorancia de las clases medias, para ganar votos radicales de Sumar y Podemos y para ponerse a disposición de algunas satrapías nacionalistas que ha sido el objetivo del Congreso.

Anunciar una Agencia de vivienda pública –por cierto, creíamos que íbamos a construir doscientas mil viviendas, pero ya no- cuando no se tienen competencias. Reducir toda la economía al cambio climático y aprobar en el mismo párrafo el bilateralismo con Catalunya y el multilateralismo es de trileros.

La vieja socialdemocracia ha desaparecido. El borrado de sus más eximios representantes, empezando por Felipe González ha comenzado. Oscar Puente ha declarado “no necesitamos eso”. Hoy, Sánchez ha declarado: “Vivimos en la mejor España de los últimos 45 años”. O sea, después del 79, solo él. No es el felipismo, es el zapaterismo la fuente ideológica del adelanto por la izquierda.

Los barones lograron clavar la palabra multilateralismo, después del bilateralismo, en un texto que mantiene la singularidad, lo que suena a algo de trilerismo político. Cierto, era un Congreso para resistir, no para crear: las ideas soltadas en el mitin solo apuntan imposible radicalismo político para el que, como él mismo ha reconocido, tiene dificultades parlamentarias.

Pero el Congreso sí ha lanzado un mensaje claro, clarísimo: abonando la idea que se venía trabajando días atrás, se ha anunciado un golpe de estado judicial. Un ataque a la judicatura impropio de un partido de gobierno. Les recomiendo la lectura de un artículo publicado hace un par de días por la jueza Natalia Velilla: ahí podrán saber qué hay detrás del discurso antijudicatura (Velilla, N. Jueces hijos de jueces. El Confidencial).

El golpismo judicial se une al de la derecha. Feijóo ha tenido suerte, empezó siendo golpista y ha acabado siendo solo desleal.

Sé fuerte”, le gritaban los conmilitones a Sánchez, como corresponde a un Congreso de resistencia.

Se equivocan los delegados y delegadas. Somos los demás los que debemos ser fuertes. Pedro y Harris se nos vienen encima. Que les sea leve.

 

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