Sin la grosse koalition, el análisis político descubre una España abocada al hundimiento

El 20 de diciembre los españoles decidieron con su voto complicar aún más la situación socio-política que vivía el país: la dispersión del voto ha propiciado no ya que no se tengan mayorías absolutas, sino que el país sea ingobernable si no es a través de una grosse koalition, un gran acuerdo de gobierno entre los dos grandes partidos para sacar a este país adelante. Pero para eso se necesitan políticos de altura, y España no los tiene: sólo hay manipuladores de las cifras, que en muchos casos mienten de forma descarada. El Satiricón analiza los resultados electorales y desarrolla el por qué de todas las operaciones posibles con el actual escenario.

España se la jugaba esta vez y así lo han entendido 25.350.447 españoles que el pasado 20 de diciembre fueron a votar. De entrada, esa cifra significa que han votado en estas elecciones generales 684.006 personas más que el 20 de noviembre de 2011 (un histórico récord del 73,20 % de los electores, frente al 68,94 % que lo hicieron en 2011). Igualmente, la abstención ha sido también mucho menor -téngase en cuenta, además, que en cuatro años ha aumentado la población con derecho a voto-: se han abstenido 1.832.411 personas menos que en 2011 (la abstención pasó del 31,06 % en 2011 al 26,80 % en la actualidad).

Así que, primer resultado del análisis: la población española era consciente de la gravedad de la situación y se movilizó para votar, y lo hizo además de forma coherente; es decir, con casi la mitad menos de votos nulos y en blanco que en 2011, lo que parece indicar que la población no estaba por las bromas, que es lo que suele ocurrir en el caso del voto nulo, al que se llega introduciendo papeletas con tachones o bromas: en esta ocasión, los electores decidieron no tirar su voto.

Primera conclusión: los españoles se movilizaron para votar y no estaban para bromas.

Analicemos ahora los resultados por bloques: un primer bloque para la derecha (PP y Ciudadanos), un segundo bloque para la izquierda (PSOE, IU y Podemos, aunque con análisis detallado para los de Pablo Iglesias) y un tercer bloque para los nacionalistas, separatistas o no, de derechas o de izquierdas.

  1. La derecha española

Del análisis de los resultados electorales se deduce claramente que el Partido Popular, con Mariano Rajoy a la cabeza, ha ganado las elecciones: ha sido la primera fuerza política con 7.215.752 votos (el 28,72% del total) que le han dado 123 escaños. Adelanta en 1.684.973 votos al segundo partido más votado, el PSOE de Pedro Sánchez, al que también le saca 33 escaños en el Congreso.

Sin embargo, el PP ha sufrido un importantísimo voto de castigo: ha perdido 3.650.814 votos (el 33,6%) respecto a 2011, que han significado 63 escaños menos en el Congreso, aunque ha obtenido mayoría absoluta en el Senado.

Conclusión: a pesar de todo, Rajoy no puede presumir de buenos resultados electorales y su mala gestión le ha pasado factura en el conjunto nacional. La dimisión sería la posición más honrada.

Pero, ¿a dónde han ido a parar esos votos perdidos por el PP, teniendo en cuenta, además, que ha habido una movilización general para votar y mucha menos abstención? Lo cierto es que Ciudadanos, de Albert Rivera, la que parece la marca blanca del PP supuestamente ideada por las empresas del IBEX35 para captar lo que Rajoy perdía, no ha conseguido captar todo el voto perdido del Partido Popular y la Ley D’Hont le ha pasado factura.

Ciudadanos ha obtenido 3.500.541 votos (13,93% del total) y 40 escaños. Aun suponiendo que todo ese voto viniera del PP -cosa que no es cierta-, al nudista Albert Rivera se le ha visto demasiado el plumero: no ha conseguido captar a esas restantes 150.000 personas que votaron al PP en 2011 y de los 63 escaños perdidos por el PP no ha conseguido rescatar 23. Estos datos parecen querer decir que Rivera y su Ciudadanos son un bluf y que la gente ya ha visto que es un partido poco claro, con ideas confusas y con supuestos corruptos entre sus filas, como se ha podido constatar, por ejemplo, en la organización en Madrid.

En todo caso, como conclusión: la suma de PP y Ciudadanos da como resultado 10.716.293 votos (42,65% del total) y 163 escaños que, como veremos, son menos votos que el conjunto de la izquierda, pero más escaños que los 161 diputados que consigue la izquierda en su conjunto, dejando aparte el voto nacionalista, que lo analizaremos después.

  1. La izquierda española

Siguiendo el análisis de los resultados del 20D, si aceptamos que PSOE, IU-Unidad Popular y Podemos conforman la izquierda española -sin contar los nacionalistas-, entre los tres suman 11.643.536 votos (46,34% del total) y 161 diputados. Es decir, más votos en su conjunto que la derecha representada por el PP y Ciudadanos, pero menos escaños en el Congreso (en el Senado es distinto: el PP obtuvo la mayoría absoluta).

Ahora bien, analicemos estos datos uno a uno.

Primero. El PSOE obtuvo 5.530.779 votos (el 22,01%) y 90 escaños, o, lo que es lo mismo: ha perdido 1.472.732 votos (el 21,03% de lo que tenía) y 20 escaños respecto a las elecciones del 20 de noviembre de 2011, cuando con Alfredo Pérez Rubalcaba registró el peor resultado de la historia socialista reciente. Ahora, con Pedro Sánchez el PSOE ha llegado a la máxima degeneración.

Conclusión: si Rubalcaba tuvo la decencia de dimitir, es inaceptable la posición indecente de Pedro Sánchez de aferrarse al sillón de Ferraz: al igual que a Rajoy y al PP, los electores han castigado muy duramente a Sánchez y al PSOE.

Segundo. La IU-UPeC, de Alberto Garzón, ha obtenido 923.133 votos (3,67% del total) y 2 escaños en el Congreso, lo que significa que esta fuerza tradicional de la izquierda ha sido también muy castigada en las elecciones con respecto a 2011: Garzón ha perdido nada menos que 762.907 votos (casi el 50% de lo que obtuvo en 2011) y 9 escaños. El fracaso es rotundo, y la lógica de la decencia recomendaría que Alberto Garzón dimitiera junto a la dirección que ha conformado tal desastre electoral.

En definitiva, que entre PSOE e IU han perdido 2.235.639 votos y 29 diputados. ¿A dónde han ido estos votos y escaños?

Tercero. Parece evidente que Podemos, del trío Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y Juan Carlos Monedero, es el recipiendario de esa pérdida. Pero Podemos, que en el total nacional ha obtenido 69 escaños, no es una fuerza única y unida: está formada por una fuerza central, Podemos, que mantiene acuerdos con En Comú-Podem en Comú, en Cataluña; Compromís-Podemos-Es el Moment, en la Comunidad Valenciana; En Marea Podemos-En Marea-ANOVA-EU en el País Vasco.

En definitiva, una amalgama en la que:

  • Podemos, de Iglesias, ha obtenido 3.182.082 votos (12,67%) y 42 escaños.
  • En Comú-Podem en Comú, en Cataluña, ha obtenido 927.940 votos (3,69%) y 12 diputados.
  • Compromís-Podemos-Es el Moment, en la Comunidad Valenciana, ha obtenido 671.071 votos (2,67%) y 9 escaños.
  • En Marea Podemos-En Marea-ANOVA-EU, en el País Vasco, ha obtenido 408.370 votos (1,63%) y 6 diputados.

En conjunto, sumando todas las fuerzas, Podemos y sus aliados han obtenido 5.189.463 votos (20,66% del total) y 69 escaños, lo que convierte a este conjunto de intereses en la tercera fuerza política española, a tan sólo 1,35% del PSOE.

Ahora bien, esta amalgama resulta un lastre a la hora de gobernar con cierta serenidad y sensatez. Por ejemplo, Podem en Comú, en Cataluña, exige como condición sine qua non que Podemos en su conjunto fuerce la celebración de un referéndum de autodeterminación en Cataluña. A esa posición se adhiere Compromís-Podemos-Es el Moment, en la Comunidad Valenciana -que aspira a formar parte de los Països Catalans-, mientras que En Marea Podemos-En Marea-ANOVA-EU, en el País Vasco, secunda la moción a la espera de resultados para hacer lo propio en Euskadi.

Conclusión: incluso sin tener en cuenta que la derecha supera en dos diputados a la izquierda -sin tener en cuenta a los nacionalistas-secesionistas-, es evidente que Pedro Sánchez y su PSOE no pueden gobernar con esta amalgama.

          3. Los nacionalistas catalanes

Los nacionalistas necesitan un análisis aparte: primero, porque los hay de izquierdas (como ERC) y de derechas (como el PNV o la recién constituida Democracia i Llibertat), y, segundo, porque en estos momentos, las fuerzas catalanas, que son las únicas cuyos resultados numéricos permitirían sostener un gobierno central, son una amalgama a la que sólo le une el rechazo a España y el deseo de secesión.

Así, en Cataluña, el poder se lo reparten, por este orden, ERC, la marca blanca de Podemos en Cataluña -la ya citada En Comú-Podem en Comú– y Democràcia i Llibertat-Convergència. Demòcrates. Reagrupament-DL.

La gran beneficiaria de la debacle en Cataluña ha sido Podem en Comú, como hemos visto anteriormente, con 927.940 votos (3,69%) y 12 diputados. Es la fuerza que llevó a Ada Colau a la Alcaldía de Barcelona y que se suma al producto global de Podemos siempre y cuando Pablo Iglesias firme con sangre un documento para forzar un referéndum de autodeterminación en Cataluña.

Así que, como fuerza netamente nacionalista, la gran beneficiaria del bluf en el que se ha convertido Artur Mas es la Esquerra Republicana de Catalunya-Catalunya Sí ERC-CatSI, de Oriol Junqueras, que ha obtenido 599.289 votos (2,39%) y 9 diputados: en 2011, ERC sólo obtuvo la mitad de votos (256.985, con el 1,06%) y 3 escaños.

Con respecto a Artur Mas, pese a destruir la tradicional Convergencia Democrática de Cataluña reconvirtiéndola en Democràcia i Llibertat-Convergència. Demòcrates. Reagrupament-DL sólo ha obtenido 565.501 votos (2,25%) y 8 escaños. Un vergonzoso desastre electoral para Mas, teniendo en cuenta que en noviembre de 2011 Convergència i Unió-CiU obtuvo el doble de votos (1.015.691, el 4,17%) y de escaños (16).

         4. Los nacionalistas vascos

En el País Vasco, el PNV ha mantenido el tipo: ha perdido 23.000 votos, pero ha ganado un escaño -cosas de la Ley D´Hont-, quedándose en 6 diputados. Sin embargo, la gran beneficiaria ha sido la ya comentada En Marea Podemos-En Marea-ANOVA-EU, la marca de Podemos en el País Vasco, que ha obtenido 408.370 votos (1,63%) y 6 escaños.

Geroa-Bai ha desaparecido en Navarra (obtuvo un escaño en 2011) y en Euskadi Bildu ha experimentado un retroceso de 5 escaños con respecto a 2011. Se explica este dato en el hecho de que los herederos de Batasuna pidieron el voto para En Marea-ANOVA-EU, lo que demuestra que esta marca de Podemos está asociada a los abertzales de Batasuna, el brazo político de ETA.

        5. La aventura de formar gobierno

Así las cosas, sólo se abren cuatro posibilidades con estos resultados:

Primero. Lo que parecería más lógico y lo que se ha podido hacer en Alemania y según etapas en Francia: la grosse koalition, un gran acuerdo de gobierno entre los dos grandes partidos, PP y PSOE, para sacar a este país adelante. No tendría por qué ser una coalición de gobierno, sino apoyos puntuales con pactos concretos.

Una grosse koalition en España tendría una doble ventaja: aunque gobernara el PP, el PSOE podría imponer otro candidato que no fuera Rajoy -por ejemplo, Soraya Sáenz de Santamaría– y podría imponer también un consenso en las grandes políticas -económicas, sociales, educativas, etc.-, lo que impediría que el PP gobernara con su propio programa. Pero para este acuerdo se necesitan políticos de verdad y con altura de miras, algo que queda muy por encima de Pedro Sánchez. Y lo que es evidente es que sin el apoyo o la abstención del PSOE, no puede haber un gobierno del PP en España.

Segundo. La siguiente posibilidad numérica es irrealizable: un pacto entre PSOE, Podemos y Ciudadanos. Entre los tres suman 199 diputados, pero es imposible que Albert Rivera pueda siquiera sentarse a negociar en una mesa en la que esté sentado Pablo Iglesias.

Tercero. La posibilidad que acarician Pedro Sánchez, César Luena y otros dirigentes del PSOE, aún en contra de las tesis de Felipe González y de determinados barones socialistas con Susana Díaz a la cabeza, es un quintapartito: la alianza de amalgama e imposible entre PSOE, IU, Podemos, ERC y Democracia i Llibertad. Entre los cinco suman 178 diputados, 2 más de los necesarios para la mayoría absoluta. Pero, teniendo en cuenta que Podemos apuesta por la independencia de Cataluña y Euskadi y que sólo ése es el leitmotiv de los catalanistas-separatistas, ¿aceptará el PSOE de Sánchez consumar la ruptura de España?

Cuarto. No lo quiere nadie, pero parece que es la única solución lógica: repetición de elecciones. No lo quiere nadie porque los analistas de los partidos políticos creen que si se repiten las elecciones en marzo, Ciudadanos quedaría en lo que siempre debió ser: una fuerza residual de apenas 12 escaños, y lo que pierde podría ganarlo el PP. Pero, por el contrario, el PSOE sería literalmente barrido ya por Podemos, que se convertiría en la segunda fuerza política de España dejando a los socialistas en algo residual, lo cual no es conveniente ni para el PP ni para el PSOE.

Las espadas, pues, están en alto, pero España se presenta como ingobernable y, por tanto, sometida a la máxima tensión e inestabilidad. Y lo que es peor: sin grandes políticos, sin grandes hombres de Estado para pilotar esta explosiva situación.

 

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