Sumar, con Podemos o sin Podemos

Ya tenemos a Sumar en el ruedo, de momento sin Unidas Podemos. Los analistas y los sondeos de opinión consideran un éxito el baño de masas de Yolanda Díaz y su inconcreto programa político del que sólo trasluce la transversalidad de la izquierda. O sea que, salvo estar a la izquierda, su programa puede ser cualquier cosa: lo único importante es que ella se postula para Presidenta de Gobierno.

El fenómeno Yolanda Díaz fue un invento de Pablo Iglesias hasta que él abominó de la vicepresidenta. A partir de entonces ha sido Pedro Sánchez quien ha potenciado a la política para tener un flanco izquierdo sólido y que le permitiese renovar el Gobierno de coalición sin la presión de Podemos tras unas elecciones generales en las que, por supuesto, no tendrá mayoría absoluta.

A tenor de algún sondeo está por ver que Sánchez no se haya pasado en su apoyo a la opción de Díaz, pues el crecimiento demoscópico de ésta puede ir en detrimento del propio PSOE. Personalmente, conozco votantes socialistas de toda la vida que subyugados por el verbo y la actitud de la nueva lideresa están dispuestos a darle el voto que antes iba de cabeza al PSOE.

Ése es el riesgo del éxito en solitario de Yolanda Díaz. Si finalmente se le une Podemos, es probable que la candidatura conjunta de ambos coseche más votos, a costa de ponerle las negociaciones más difíciles a Pedro Sánchez. Si, en cambio, Sumar va sola a los comicios, muchos de sus votos pueden ser arrancados al Partido Socialista. De alguna manera podría darse, en otra escala, el fenómeno de las elecciones a la Comunidad de Madrid, en que la potenciación de Mónica García hizo que ésta superase al PSOE en número de votos.

Ése es, también, el dilema en que se encuentra el Partido Socialista en su desocupación de la extrema izquierda, para ganarle votos al PP por el centro político. Si no tiene alguien fuerte a su izquierda, malo para futuras alianzas, y si lo tiene demasiado fuerte, también, pues puede restarle votos. De ahí el interés de que Podemos se sume a Yolanda Díaz: eso daría más votos al conjunto de la extrema izquierda y, al mismo tiempo asustaría a los tránsfugas socialistas que prefieren quedarse en su partido de siempre antes que al antipático Podemos, por mucho que se juntara a la simpática e inane Yolanda Díaz.

 

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