El pueblo que adora a las vacas

La adoración por las piedras y los animales corresponde con la naturaleza más atávica del ser humano. Cuando usted vio a la nueva sacerdotisa mostrar a la vaca lo supo: los viejos dioses han vuelto entre nosotros y las sacerdotisas vuelven, como antaño, a enseñarnos el buen camino.