Un pato cojo en el corral de los poderosos

Dicen las fuentes bien informadas, naturalmente del Gobierno, que una mañana las energéticas, el IBEX35 y algún otro poderoso que andaba por allí se reunieron para otorgar a Feijóo la batuta de la derecha.

Ya tenemos al agente de la burguesía que Marx denunciara científicamente y, en consecuencia, nada de la derecha puede esperarse que no sea un “diktak” de los despachos del IBEX, ni hay otra respuesta que movilizar al pueblo contra las élites, cosa más populista que socialdemócrata, por cierto.

Afirman las mismas fuentes bien informadas, naturalmente por Bolaños dirigidas, que aprovechando ladinamente que el Gobierno estaba pactando con Telefónica el accionariado de PRISA y salvando a golpe de crédito al Sr. Roures, los poderosos cebaron terminales mediáticas que engañan a españoles y españolas.

Por cierto, también aseguran las fuentes informadas que españoles y españolas han recibido de los poderosos una mágica pócima que han alterado las encuestas no solo del gran Tezanos sino de las demás, anunciando un cambio de ciclo. Intolerable.

Sin Casado, que ése sí era un patriota, la derecha se ha convertido en un gestor de intereses económicos, lo que explica su negacionismo, su obstruccionismo y su incapacidad para servir A los intereses patrios.

éste ha sido el persistente mensaje que las fuentes bien informadas, naturalmente del Gobierno, han destilado profusamente el mes de agosto. El éxito del discurso ha sido notablemente bajo. No sólo se ha mantenido la subida del PP, sino que ha aumentado el número de votantes socialistas cuyo grado de desconfianza se ha incrementado.

Era, pues, necesario un debate donde se desvelara la malvada naturaleza del agente de la burguesía, se decretara el final del efecto electoral Feijóo y se anunciara un excelso provenir por Sánchez dirigido.

Y el debate se hizo y todo fue notablemente decepcionante: Feijóo no añadió casi nada a lo conocido, bastante tuvo, en quince minutos, para librarse de las andanadas de insultos, sin ser capaz de proponer nada especialmente nuevo, en un contexto socioeconómico bastante crudo.

Sánchez utilizó las reglas de juego (sin límite de tiempo y hablando cuando le petaba) para reiterar también lo conocido: Feijóo es el gallo de los poderosos y carece de propuestas, mientras decía cosas que simplemente eran medias verdades, tanto en materia de inflación como de energía.

Alguna empresa si quiere invertir en nuclear, la recaudación fiscal aumenta desproporcionadamente, que no habrá recesión en España es una cuestión cosmética, porque todo el mundo dice que las cosas irán mal y lo de la cogeneración no es más que corregir una decisión política equivocada.

Lo cierto es que las encuestas y las presiones que tiene Yolanda Díaz para sumar algo han puesto al Gobierno en una posición de nerviosismo. El riesgo para la izquierda es evidente: que se consolide la imagen de que Sánchez es un “pato cojo” (un político en fin de mandato y un cambio de ciclo asegurado)

Ése es el temor del PSOE, no sé si del resto de la izquierda y socios, que más parecen dispuestos a aprovechar el final de fiesta para sus propios intereses políticos y electorales.

La izquierda solo debería tener una preocupación en estos momentos: que el ajuste económico vía devaluación interna, o sea vía empobrecimiento, no sea, otra vez, la técnica de salida económica. Aquí lo relevante es definir con claridad quienes son los vulnerables.

Del mismo modo que es radicalmente injusto que se subvencione la gasolina de un Ferrari igual que la de una furgoneta, lo es una bajada generalizada de las cestas de las compras. Controlar el precio de una cesta básica universal no es necesariamente redistributivo, puede perjudicar a pequeños productores o al sector público si debe compensar a productores o distribuidores, como es el caso de la compensación a los gasistas.

Por cierto, la forma que Yolanda Díaz ha encontrado de quitarse de encima a Podemos y ponerse en manos de Garzón y Errejón se convierte en patada al Gobierno. Carrefour no es representativo, ya hizo la maniobra de marketing en Francia a Sarcozy, en 2011. No se hundió ningún mercado, pero no consta que eso resolviera el problema de alimentación.

Vengo señalando aquí que las ayudas directas a los vulnerables es la forma equitativa de ayuda y que las medidas generales producen falta de eficacia y son en realidad bajadas fiscales. Si, además, intervenimos los mercados los daños a la eficiencia serán mayores. Una ministra creando un cártel tiene su gracia y el pequeño comercio estará encantado de escucharla, lo veo venir.

No es por ahí por donde nos vienen las amenazas: vuelve el coste del dinero vía tipos de interés, la subida del dólar pone las materias primas en mal precio, el aumento de las hipotecas, los riesgos de morosidad… Los fondos europeos no arreglan la sostenibilidad de las pensiones dicen en Bruselas.

Así, entre ustedes y yo, en el corral de los poderosos pueden tener algún miedo a que les caiga un impuesto, hace tiempo que lo han descontado, sospecho. Pero los poderosos más determinante viven en Frankfurt, Bruselas, incluso Moscú. Pero quien tiene miedo es el personal, cuyo grado de desconfianza, no solo electoral sino, también, personal, laboral o económica, es cada vez más alto.

Hay un pato cojo en el corral de los poderosos, si la izquierda no cambia el paso.

 

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