El estalinismo en el ayuntamiento de Manuela Carmena ha llevado al cierre en plena Navidad de cuatro restaurantes en la calle Jorge Juan de Madrid y el envío al paro de más de 200 trabajadores. Es la particular felicitación Navideña de la yaya Carmena y de su equipo de Ahora Madrid, apoyados por el PSOE madrileño. Alegan que hay irregularidades en sus terrazas, pero los expedientes no están completos: los dueños estaban negociando con el ayuntamiento.
Los cierres ya han comenzado este miércoles 21 de diciembre con la clausura, policía municipal de por medio, del restaurante La Máquina, en la céntrica calle Jorge Juan. Es la venganza de la yaya Carmena y sus acólitos contra las terrazas de Madrid, una cruzada podemita que ya se inició hace un año. Ahora es el golpe de gracia para cuatro restaurantes de moda en la calle Jorge Juan y en su travesía de Callejón de Puigcerdá; una golpe de gracia de aquí mando yo que deja en el paro a 200 familias y sin su negocio a varios empresarios, entre ellos, a Pepe Caldas, el conocido dueño de Babelia y Los Gallos. Estos restaurantes tenían confirmadas más de 400 reservas para Nochebuena y Navidad.
Carmena ha puesto fin a sus actividades, y este 22 de diciembre, a las 10.00 horas, el Ayuntamiento precintará Los Gallos, una de las tabernas más famosas de la capital. Sólo media hora más tarde, el restaurante Babelia vivirá la misma situación: su local será clausurado por la Policía Municipal.
El ayuntamiento podemita ha decidido condenar a esos restaurantes porque “las condiciones actuales de uso no corresponden con la situación descrita en los servicios técnicos” realizados por el personal del consistorio. La clausura supone el despido de más de 200 personas y una discusión entre Pablo Carmona, concejal presidente del distrito del barrio Salamanca que ha mostrado su apoyo a El Callejón de Puigcerda, un lugar que había recuperado su antiguo esplendor y se erigía como uno de los grandes reclamos gastronómicos de Madrid, pero levantaron las protestas entre algunos vecinos. Las quejas trajeron consigo las visitas de la Policía Municipal, cuyos agentes acudían a los locales para requerir las respectivas documentaciones.
Según uno de los propietarios de los restaurantes afectados, “hemos vivido una especie de acoso. Nos han hecho inspecciones diarias, nos han requerido toda serie de papeles y de licencias. La Policía Municipal se ha personado en el local en varias ocasiones en horarios nocturnos que es cuando más afluencia de gente tenemos y se producen situaciones muy incómodas”.
La alergia de Carmena a las terrazas
El problema, como ya ocurriera en otros sitios –Plaza de la Independencia o la de Santa Ana– son las terrazas. Ahora bien, estas terrazas no son ilegales, dado que en este caso se hallan en un suelo privado de uso público y los propietarios dicen que cumplen la normativa existente. En sus relaciones con el ayuntamiento a través de Agla (Agencia de Actividades, que depende del consistorio) han solicitado que les digan qué deben mejorar o cambiar para cumplir las ordenanzas municipales: “Tenemos una actitud proactiva y receptiva a los cambios. Nadie nos ha dicho qué tenemos que hacer”. Es más, presentaron un proyecto a la Junta de Distrito para que les dijeran qué podemos hacer y qué no, pero nadie les ha contestado y les cierran el local.
Es más, en una de las cartas emitidas por la Agla a uno de los locales afectados a la que ha tenido acceso el diario Estrella Digital, la agencia asegura que se ha utilizado como “salón comedor” un espacio que según la licencia se define como “cuarto de instalaciones”. Lo que no comprenden los propietarios afectados es por qué no han sido avisados de estas deficiencias y por qué ni siquiera han recibido un apercibimiento de cierre, ni ningún tipo de sanción económica o administrativa.
Vuelven, al paro vuelven, más de 200 familias… por Navidad
En definitiva, que la drástica medida tomada por el equipo de la yaya Manuela Carmena puede suponer el despido de más de 200 personas, que son las que trabajan en los cuatro locales situados en el callejón de Pugicerdá: “Parece que está hecho adrede”, relata uno de los propietarios en relación a las fechas elegidas para clausurar los locales.
De hecho, para el día 22 de diciembre, justo el día de la clausura, en la taberna Los Gallos iban a comer cerca de 400 personas y en Babelia iban a concurrir más de 300 comensales: “Un solo día de cierre durante la Navidad nos supone descuadrar todo el año”.
Lo curioso es que todos los restaurantes afectados recibieron la notificación de clausura -en forma de peculiar felicitación navideña- el lunes 19 de diciembre, lo que les ha dejado sólo 72 horas para maniobrar e interponer un recurso para aplazar el cierre del mismo. Se pusieron en manos de sus abogados y confiaban en que la Justicia les salvara de la ruina. Pero… el cierre de La Máquina efectuado este 21 de diciembre no augura nada bueno.