Campo santo encementado

Con lo que se denominó “el milagro económico español” (1959-1974), los españoles empezamos a entrar en la sociedad de consumo y tuvimos acceso a productos nuevos y desconocidos para nosotros. Entre éstos, la formica, símbolo y manifestación de una economía doméstica saneada y moderna.

¿Quién pagará todo esto?

No pasa un día en que el Gobierno no aumente el gasto en esto o en lo otro. A veces resulta obligado, como en la erupción volcánica de La Palma. Otras son más discutibles. Como el bono cultural para los jóvenes, cargado de razones puramente electorales. Y finalmente están las trasferencias autonómicas, singularmente las referidas…

El WhatsApp para el que se lo trabaja

Esta semana ha dado de sí. Ha nacido la era del “bono”; hemos decidido un regalo público de cumpleaños de cuatrocientos euros para los que cumplan dieciocho años; los de Podemos se han sumergido en un frente, no se sabe si amplio o estrecho, y cosas por el estilo. Todo daría para análisis sesudos.

¿Para qué sirve el Consejo de Ministros?

Se supone que el Consejo de Ministros es el encargado de llevar, con buen pulso, la gobernación del país y no andarse en cabildeos extraños con el Poder Legislativo y confrontaciones estériles con el Poder Judicial, justo lo contrario de lo que ahora sucede.