Del estado de alarma al estado de depresión

Llevamos cientos de horas hablando del covid19 y aún no sabemos ni sus causas ni cómo combatirlo. Todo lo que tenemos es un estado de alarma que nos deja más o menos indefensos ante la pandemia.

Con el tiempo, el estado de alarma, en su prórroga arbitraria, está siendo sustituido por el de la depresión. ¿Cómo saldremos de ésta? ¿Cuándo saldremos? ¿Cómo lo haremos?

La mayor evidencia es la falta de evidencias, con una plana mayor anti-virus infectada en su gran parte y con el máximo experto diciendo desde el primer día que todo lo más la epidemia pasaría entre nosotros de refilón. Aún hoy día se minimiza el que seamos el primer país del mundo en contagiados por número de habitantes sin saber el porqué de tal cosa.

Lo único que sabemos a ciencia cierta es que el Gobierno social-comunista, pasado el primer momento de desconcierto y estupor, ha visto en la pandemia una oportunidad para él más que un problema: la de someternos a una restricción de libertades y a una agenda llena de imposiciones, desde la limitación de movimientos, hasta la de expresión de nuestros mensajes en las redes, pasando por una simple y llana adhesión a todas sus consignas, disfrazada de un acuerdo a unos sedicentes pactos de La Moncloa.

No hay más que ver la desenvoltura de Pedro Sánchez en sus últimas comparecencias televisivas —en esa especie de Aló Presidente chavista que dicen algunos—, en las que viene a decir que quien no está con él lo está contra la solidaridad de todos, contra los intereses de españoles y en contra de las inevitables medidas restrictivas que le otorgarán poderes casi absolutos y no necesariamente por ello eficaces.

Muchos españoles, pasados de la lógica alarma a la inevitable depresión, sienten que su opinión no cuenta para nada, que los partidos a los que votaron con ninguneados y que todo se concita para que no haya elecciones sino aquiescencia a los dictados del jefe único que tiene la varita mágica que nos salvará de la pandemia.

Con todo esto, como para no estar deprimidos…

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