El algoritmo censor, el escuadrista y el troleo

La página Off The Record, del veterano y brillante periodista Manuel Ángel Menéndez, acoge generosamente alguna de mis crónicas. El fin de semana, incluyó el texto que aquí dedique al señor Puente, brillante, luminoso y hermoso ministro de la causa del progresismo global. Pocos adjetivos serán suficientes para ponderar su prístina belleza y aún mejor carácter, como ya les expliqué y para evadir, porque de eso se trata, al algoritmo censor.

Mis comentarios surgieron a confesión de parte: fue Puente quien declaró ante Alsina que le molestaba que le llamaran feo y, más aún, que tenía encargado a su equipo -funcionarios por ustedes pagados- que investigara a quienes proferían tales apreciaciones estéticas. Cosas que, como imaginarán, merece una crónica.

Al parecer mi sutil ironía no ha sido apreciada por Facebook y el algoritmo censor decidió penalizar la página de Off the Record, para indignación de Manuel Ángel Menéndez y la mía propia. Las razones aducidas eran no sólo la violencia de mis comentarios, sino la violencia gráfica, créanme, de una foto del ministro bebiendo agua, como podrán observar aquí.

“Los hechos son incontrovertibles y las opiniones son libres”, un viejo aserto periodístico. De los hechos se ocupan los periodistas que buscan en sus fuentes y la opinión es, básicamente, expresión inapelable de cualquier autor.

Pues no. Señoras y señores, ha nacido una nueva medida de la verdad. Lo cierto es que solo el algoritmo de Facebook y el lugar que ocupas en el buscador de Google es lo que determina lo que es cierto y lo que no, lo que con justo cabreo escribe Manuel Ángel que, además, extiende la vocación censora, no sin faltarle razón, al Gobierno español, cuyo ministro declaró que perseguiría a quien opinara sobre su trabajo y su aspecto.

Los algoritmos son diseñados por humanos que siguen pautas de comportamiento correcto, según la nueva ley de la república del buenismo. Quiero decir que puede usted leer y ver comentarios sobre la violencia inaudita en Gaza o Ucrania, pero no ironizar sobre un ministro del progresismo global.

Así muere la libertad en la más gloriosa de las repúblicas: con un estruendoso aplauso censor a los comentarios del ministro portavoz de todas las causas que, algún día, acabará en el lado oscuro de la fuerza, si es que ya no está allí.

Me escribe un amigo italiano para decirme que, a pesar de mi opinión, el ministro Puente no es ni feo ni simpático. Es solo un “escuadrista”.

En Italia, el “escuadrismo” (squadrismo en italiano) es el término que hace referencia a un fenómeno que designa a las acciones violentas llevadas a cabo por grupos de fascistas. No diré el nombre de mi amigo, no sea cosa que un algoritmo o la Agencia Tributaria caigan sobre él.

Mientras, ese ejemplo de los tipos blanquitos de California (no hay chicas, ni otras razas) se cebaba en la libre opinión de dos humildes hispanos, otros supremacistas y propietarios de la verdad han acudido, encabezados por el president de Catalunya, al Senado, una de las cámaras donde, a pesar de las tesis de Bolaños y el Gobierno, también reside la soberanía popular.

Aragonés había afirmado que venía a “trolear” al PP, pero en realidad ha venido a “trolear” a los españoles y, especialmente, al PSOE, digan lo que digan en la Moncloa.

Porque, así entre ustedes y yo, mofarse de Sánchez por su “cambio de opinión” sobre la amnistía y anunciar tanto el inevitable Referéndum y el no menos inevitable cambio en la financiación singular de Cataluña es un palito al PSOE, en vísperas electorales, que pondrá de los nervios a Illa con toda seguridad.

La insaciabilidad del independentismo supremacista catalán, tanto el del president como el del fugado constituyen unas auténticas horcas caudinas que sólo sumarán sufrimiento y humillación a la ya acumulada por el Gobierno, por mucho que se recurra al comodín del franquismo o cosas parecidas.

Entre campañas vasca y catalanas, hay cosas como Koldo, con ganas de cantar en las Comisiones de Investigación, ministros diciendo “tontadicas” (como apañar nuevas competencias de interior en Comunidades amigas) y otra señora, a la que no cito por no irritar al algoritmo y que, a veces, envía cartas, van a colocar al Gobierno español, junto con cierta impaciencia europea (Consejo General del Poder Judicial, Puigdemont, Fondos Europeos, cuestiones prejudiciales que se esperan y cosas así) en difícil situación política.

Pero bueno, no se me apuren los del socialismo realmente existente con los pesares de las encuestas. Siempre tendremos un algoritmo, un “escuadrista” o un “troleador, en garde”, Bizet era un profeta.

 

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