El estalinismo de hecho que practica el gobierno de Pedro Sánchez ha llegado a Facebook. La conocida red social de Mark Zuckerberg, presidente y director ejecutivo de Meta, empresa que fundó originalmente con el nombre de Facebook en 2004, utiliza métodos fascio-estalinistas para censurar libremente opiniones o informaciones que, en el caso español, no gustan al gobierno de Sánchez, a sus familiares o a sus ministros.

Así ha ocurrido este sábado con el artículo de Juan Berga titulado “Oscar Puente, el déficit de belleza y la malversación en curso”, publicado en varios sitios, y en concreto este 6 de abril en la web www.offtherecord.es y recogido en mi página personal en Facebook. A los pocos minutos, el grupo de activistas parafascistas de Facebook me comunicó que tal publicación quedaba postergada por la siguiente razón: “Nuestra tecnología ha demostrado que esta publicación se parece a otras que infringen nuestras normas comunitarias de contenidos violentos y gráficos” (sic).

Cualquiera que lea el artículo de Juan Berga puede comprobar: primero, que no existe ningún contenido violento ni gráfico en el texto o las imágenes y, segundo, el exquisito tacto con el que Berga y offtherecord.es tratan a uno de los peores ministros del Gobierno de Sánchez. Puente ya fue un pésimo alcalde de Valladolid, a quien sus conciudadanos castigaron en las urnas en las elecciones municipales y autonómicas de 2023, y ahora no sólo ha demostrado ser un mal ministro, sino que se ha revelado como un irascible desenfrenado insultando y persiguiendo a periodistas e, incluso, a conciudadanos que no le bailan el agua.

Pero que Facebook se haya visto infiltrada por grupos parafascistas que practican directamente la censura –es obvio que no pueden practicar el tiro en la nuca-, es algo inédito, horroroso, que nos sitúa directamente en los peores escenarios de George Orwell, pero transferidos al mundo occidental. Orwell avisaba contra el fascismo, el nazismo y el comunismo estalinista. Los tres actúan de forma idéntica y esa forma de actuación ha trascendido hasta el sanchismo y de ahí a una red social internacional como es -o era- Facebook.

Un franquista español de cuyo no quiero acordarme publicó allá por 1965 un panfleto sobre el crepúsculo de las ideologías. Hoy, 79 años después de la caída del nazismo, 49 años después de la muerte del generalísimo_dictador Franco y 35 años después de la caída del muro de Berlín, nos encontramos en occidente frente al principio del fin de la democracia y de la libertad. Nos lo viene avisando desde 2018 el socialdemócrata alemán Yascha Mounk, pero no hacemos caso. Y en España se está encargando de esa masacre el sanchismo, que ha utilizado para sus fines particulares y peculiares unas siglas llenas de historia como son las del PSOE.

Pero lo peor es que las redes sociales, acaso debido a políticas woke mal ideadas y peor entendidas, agendas 2023 o simplemente por dinero o por miedo al poder político, jueguen en ese escenario de decapitación burda de la libertad. Ciudadanos, la censura fascista-estalinista ha vuelto. La libertad está en peligro.

Ahora bien, exigida por dos veces -parece que la primera se perdió entre bits, o vaya usted a saber- la revisión del post, finalmente el grupo censor de Facebook accedió a poner la publicación en su sitio con el siguiente mensaje:

Esta segunda decisión de Facebook no borra el hecho de la primera y nos avisa que el sistema está diseñado en primera instancia y muy especialmente para la censura a favor del poder político.